Capítulo cinco: Prometí protegerte

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Mephisto Pheles

El demonio qué se hacía llamar Samael observó como el menor de los Okumura caminaba apresuradamente por los pasillos de la Academia de la Verdadera Cruz yendo directamente a su oficina.

Mephisto rió ligeramente y esperó a que el chico llegara mientras se servía un poco de té, siempre se divertía observando a esos hermanos, aunque ahora solo podía ver a uno.

Toc Toc Toc

El sonido de la puerta siendo golpeada por pausas pero aún así tan desesperadamente hizo sonreír al demonio.

"Pase" habló

Al otro lado de la puerta estaba un pelinegro con su uniforme de exorcista lleno de lodo y ramas por todo el cabello y cuerpo.

"¡Maldito Mephisto!" exclamó Yukio acercándosele "¡Dijiste que si tomaba esta misión podría encontrar pistas de como localizar a Rin!"

"¿No lo hiciste?" preguntó el de cabellera púrpura sabiendo la respuesta

Yukio gruñó y se tragó sus palabras, hablar con ese demonio nunca era de provecho.

"Adiós" dijo el director al ver al chico darse la vuelta e irse muy probablemente a tomar un baño y luego dijo para si mismo "Ya casi ha pasado en año"

Los recuerdos del día en que dejó al Okumura mayor inundaron su mente.

Había regresado después de dejar a Rin en aquel solitario pueblo, no se esperó que tan pronto como volviera Yukio lo llenaría de preguntas.

"¿A dónde se fue mi hermano?" había preguntado

Mephisto simplemente alzó los hombros "Él se ha quedado con la llave, yo nunca he ido a ese lugar por mi propia cuenta"

Yukio abrió los ojos, parecía negarse a creer aquello "¿Cómo era?, si me lo dices tal vez yo pueda encontrarlo"

Mephisto lo pensó un momento antes de hablar "Es un pueblo que está rodeado de montañas, no aparece en los mapas y ni siquiera yo estoy seguro de su ubicación exacta, está bastante atrasado en cuestión de tecnología y muy rara vez sus habitantes salen de el, pero cuando lo hacen definitavemente no hablan de ese lugar"

El ánimo de Yukio decayó al oír esto, tal vez nunca encontraría a su hermano. Mephisto en cambio sonrió, estos hermanos siempre eran muy interesantes.

"Pero puedo decirte algo, hace mucho tiempo una familia de demonios de alto rango se mudo para allá con el propósito de deshacerse de sus conexiones con Gehenna, con el tiempo su sangre se fue diluyendo, pero te aseguro que puedes encontrar sobre eso en los archivos" dijo el demonio

"¿Me dejaras entrar a los archivos?" preguntó sorprendido el pelinegro

"Supongo que la ocasión lo amerita" concedió el director

Los ojos de Yukio se iluminaron y una pequeña sonrisa surcó su rostro.

Mephisto sonrió al recordar ese momento, Yukio nunca encontró los archivos, tal vez porque en realidad nunca se documentaron, si el pelinegro lograba hacerlo era por pura voluntad e intuición, de otra manera no podría conseguirlo.

En ese momento Suguro se negó rotundamente a ayudar diciendo que irse había sido su decisión, Shima, Izumo y Shiemi en cambio ayudaron desde el principio a buscar a Rin.

No lo encontraron, pero aún no se rendían, Mephisto rió al pensar en lo curiosos qué eran los humanos al aferrarse a una sola persona con tanta fuerza.

Un destello en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora