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—¿Qué te pasó?—un curioso Jeongin miraba a su mejor amigo echo un ovillo en la esquina de la habitación.—Desde que llegaste sólo estás así... ¿alguien te hizo algo?

—Sí.—contestó sin mirar a otro lado que no sea la pared.

—¡¿Que hicieron y quién fue?!

Jeongin era su mejor amigo, podría decirse qué el único, se conocieron en uno de los tantos trabajos de medio tiempo que Seungmin se buscaba. Fue en una pastelería y fue un tanto gracioso porque Seungmin llevaba dos días y cuando fue su turno en la mañana descubrió a un chiquillo comiéndose dos pasteles al mismo tiempo con la ropa y cara manchadas, ese chiquillo es Jeongin y desde ahí que comenzaron a ser unidos. Ya tres años de eso y aunque a ambos los despidieron por comelones, no dejaron su amistad.

Tampoco coincidían en la escuela ya que Jeongin estudiaba un año mayor y en otra universidad, Jeongin siempre ha sido protector con Seungmin porque sabe que es muy frágil.

—Seung, ¿qué te hicieron? Dime ahora y voy a partirles la cara.

—No es nada malo...

—¡Todo lo que te hacen en esa escuela es malo!

—No fue en la escuela... y nunca pasa nada grave.

—¡¿Te siguieron a casa?!—cada minuto que pasaba se imaginaba algo peor.

—No, conocí a un hombre muy guapo en el restaurante de Binnie p-pero no sé porque... de un momento a otro estaba enseñándole mis dibujos y le encantaron y... y se los llevó y, y...

—¿Qué? ¿Ese hombre te hizo algo? ¿Te golpeó?

—No, no.—el menor se levantó del piso y llegó torpemente a la cama para hacerse un ovillo ahí.—Él se acercó porque lo dibujé, me pareció muy lindo y no pude evitarlo así que lo dibujé sonriendo. Luego se acercó y descubrió que lo dibujé y por un momento creí que se enojaría como todas las personas pero fue todo lo contrario. Me agradeció y dijo que jamás había visto arte cómo ese, dijo que era lindo...

—¿Y por qué se llevó tu libreta?

—Señorita 01 preguntó si todo bien porque no me gustan las cenas con alguien y creo que el señor entendió, se despidió y se fue.

—¿Señor? ¡¿Un anciano te pareció lindo?!

—No, no, debe tener cómo eh... ¡no lo sé! De verdad era lindo y cuando lo vi sonreír sentí que debía dibujarlo.

—Oh, estás enamorado.—asumió de repente.

—¡No, no! No lo conozco y es muy pronto.

—Pero sabes su nombre.

—Tampoco.—contesta más avergonzado que antes.—Hablamos pero nunca nos dijimos nuestros nombres y ahora no sé cómo encontrarlo... no sé si hoy vaya a cenar pero si es así que fortuna.—miró la hora y se levantó de un brinco.—¡Debo irme!

—¡Espera tengo que decirte que conseguí trabajo! ¡Seungmin no corras!—el menor intentó alcanzarlo pero el chico ya había salido de su casa y ya se había montado en esa bicicleta.—Ay Minnie tan torpe.

Aunque torpe, son los dos.