•Sentado su majestad •| Hyunho + 18

Capítulo # 5

Minho estaba consciente que Hyunjin estaba esperando el momento indicado para vengarse. Estuvo esperando por semanas cualquier ataque físico. Espero sentir al príncipe colarse a su habitación lentamente, mientras él fingía dormir y deslizarse junto a él en las sábanas. Juraba fingir resistirse, escupir algunas palabras hirientes y luego dejar que le rompa el culo.

Por supuesto, Minho tiene que admitirlo a regañadientes. Por más que su interior reniegue, a disfrutado ser sometido tanto con la sensación de su polla dentro de Hyunjin.

Puede recordar cada toma, empezando con aquella en que se sienta a orillas de la cama de terciopelo rojo, continúa con aquella en que Hyunjin lo mira y lo mantiene abierto de piernas. Luego un primer plano de la lengua del rubio en su entrada, lamiéndolo lentamente. Puede recordar el color de su propio rostro y el reflejo de su deseo; la forma en que cierra los ojos y suspira cada vez que él lo penetra con los dedos o con la lengua. Se siente caliente y la vergüenza se manifiesta bajo su vientre justo con alguna otra cosa.

Minho no suele masturbarse, jamás, no es necesario gracias a su trabajo. La tensión constante mantiene la mente ocupada. Sin embargo, ahora siente la imperiosa necesidad de ello. Desliza la mano por debajo de su ropa interior para tomar su entrepierna.

Busca revivir un poco de aquellas sensaciones, suma su segunda mano a la tarea, deslizándola entre sus piernas hasta tocar con las yemas de sus dedos su entrada, el resto es historia, se pierde en su propia fantasía y consigue un poco de alivio aunque no es lo mismo, dista mucho de serlo. Solo mantiene una borrosa y vaga sensación del miembro en su interior.

Sin embargo, cuando la guardia real entró a su recamara y lo sacaron a rastras del castillo, Minho deseo con todas sus fuerzas haber cumplido su cometido y haberlo matado.

Fue exiliado al imperio vecino para un entrenamiento de rehabilitación ordenando por la corte. Incluso su entrada al palacio fue prohibida hasta nuevo aviso.

Era la excusa más estúpida que hubiera escuchado.

Hyunjin tenía mucho más potencial, lo sabía. Lo cual lo llevo a pensar que ni siquiera se molesto en montar un buen escenario, y termino aún más enojado.

Una vez que la frontera está a la vista. Minho se toma un momento para recuperar el aliento y el coraje.

Se dirige a la puerta tan audazmente como puede. La aldaba es un perforación a través de la nariz de una cara siniestra y tallada. Levantó la mano para tocar el anillo, y los ojos de talla se abren.

-Te recuerdo.-dicen del otro lado.- Eres la mascota favorita de los príncipes.- puede notar el morbo en la ultimas palabras.

-Estás equivocado.-gruñe.

-Raramente.-La puerta se abre, los goznes crujen, evidenciando el desuso. -Bienvenido.

La sala esta vacía de sirvientes y guardias. Caminó por los pasillos hasta el salón, donde el hombre están bebiendo el vino sentado en un trono hecho de marfil oscuro y rodeado de gruesas velas de pilares. Por encima de su cabeza, las polillas rojas bailan.

-¿Alguien te vió?

-No lo creo.-Minho dice con una reverencia.

-¿Supongo que no has logrado asesinar a mi hermano?.

-Me han ordenado retirarme del palacio por temporada de rehabilitación.-le informa.- No puedo hacer nada si no se me permite verlo.

Christopher toma otro sorbo de su vino y camina hacia él.

-Habrá una mascarada para honrar a la corte. Será mañana, y mientras puedas escapar del aislamiento, encontraré la manera de entrar. ¿Puedes adquirir un disfraz y una máscara?.