Onase - 2° Promesa
Tarde de CapuarioShyer se sentó en el suelo, acariciando la tierra seca y escurridiza. Sus manos estaban ajadas por el polvo rojizo y su túnica de algodón se deshilachó en el borde por el uso y el tiempo. Su boca estaba pastosa por la deshidratación, y calmó sus respiraciones en largas y controladas pausas por la nariz luego del exhaustivo trabajo físico.
El sol de la tarde golpeó sus mejillas y estiró su piel en una mueca, el calor provocaba ondas de energía por sus músculos y era muy agradable para ayudar en las contracturas del entrenamiento.
Debería bañarse, pero ahora, al término de la jornada, por lo menos trescientas aprendices se moverían al lago Cristal a refrescarse, mientras la otra mitad se movería a recibir una última comida, y turnar el aseo.
Las zagal y mozuel, de todos los ciclos comenzaban a terminar sus entrenamientos. Hacia todas las direcciones el ruido de sus risas y largas charlas arrullaban el gran campo de entrenamiento.
Estaban divididas por ciclos, en rediles abiertos para soportar entre ochenta y cien aprendices por año, y cada ciclo dividido en zagalas y mozuelas. Según las maestras no había una división por juicio, pero todas sabían que ser una zagala, es porque no eras «apta» como guerrera.
Y, por ende, ella estaba allí.
Se estiró en el piso y solo disfrutó del hecho de que, en su mísera compañía, no hubo nadie que le molestara. El tiempo de dolor y lloriqueos fue hace mucho tiempo, en su primer año entrenando, en el primer ciclo tolerando los intentos de asesinato de su tía y los castigos nerviosos de un montón de adolescentes que le creían un demonio.
Kal apareció en ese espacio en su mente sin control provocando un entumecimiento leve en su coronilla. Se elevó en esencia sobre si, e hizo una inspección incómoda, ocultándose poco después en silencio. Lo hace de manera aleatoria, es su forma de mantener control de todo su alrededor. A veces ayudaba, a veces solo molestaba.
Estaban en la última promesa del primer cuarto de año. Casi llegando a la mitad del verano. Y para Shyer, este era su cuarto año de entrenamiento comenzando en breve con el uso de armas de verdad. Por ahora, solo ocuparon armas de madera, y profundizaron en el entrenamiento táctico.
Hace pocos luares, Silebna, la herrera en jefe, les pidió que eligieran sus armas para comenzar la producción.
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Contenedor del Dios de las cenizas
FantasyShyer, una princesa inmortal nacida en medio de un conflicto ancestral, se erige como la pieza central de una narrativa que entrelaza el poder, la lucha y la búsqueda de redención. Shyer es mucho más que una simple princesa en el reino de mujeres. C...