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YeonJun realmente jamás se imagino que de alguna manera se vería involucrado en el hecho de tener que convertirse en alguien más para así finalmente estar del todo cerca de la persona que le había gustado desde gacha algunos años atrás, Choi BeomGyu, aquel hermoso Omega pelicastaño, que le tenía un enorme miedo a los alfas, aún desconocía enteramente las razones por las cuales sucedía aquello, no lo conocía del todo, nadie lo sabía, era un alumno bastante reservado desde que estaban en la primera y verdaderamente, eran las pocas veces con las que se podían socializar con el mismo, debido a el miedo persistente que este manifestaba y que mayormente a los alfas se le hacía bastante complicado el poder acercarsele de alguna u otra manera, aunque no tuviesen menores intenciones románticas con el, aún así, nadie podía acercarsele, nadie, ningún alfa.
Por eso, Yoo YeonJun con el enorme amor que le tenía era capaz de hacerse pasar por un Omega únicamente para estar al lado de el unos minutos, era lo único que necesitaba para ser feliz el resto de su vida, había vivido los últimos años con el constante recuerdo de aquella vez dónde pudo acercarsele, aunque fueron recuerdos no del todo agradables (debido a que BeomGyu se había visto gravemente afectado por su presencia), aún así era el único motivo por el cual el quería acercarsele de nuevo, estaba enteramente consciente de que que existían muchas probabilidades en las que su plan podía llevarse a cabo y fracasar en el intento, YeonJun no estaba esperando fingir por un largo tiempo aquel papel, no, el solamente quería acercarsele e intercambiar un apr de palabras con el mismo, se conformaba con tan poco que su alfa interno era enteramente incapaz de abandonar la idea de que existía la esperanza de que algún día, ambos podrían estar juntos y ser felices mutuamente, su alfa interno se aferraba a aquello efervescentemente.
YeonJun suspiró mientras se veía al espejo con una ligera sonrisa sobre su rostro, el color rosa que había elegido para su cabello no se le veía para nada mal, jamás se lo había desteñido tantas veces, pero, no se arrepentía en lo más mínimo haberlo hecho, después de todo, lo hacía con la finalidad de poder trabajar minuciosamente en su apariencia externa, ¿Que si un color de cabello era suficiente para convencer a los demás de que era un Omega?, Pues no del todo, pero, si estaba tratando de empezar de alguna manera a encajar de mejor manera en el papel que tendría que desempeñar más adelante; acostumbrarse a ser alguien más le resultaría bastante complicado, ¡Pero!, Todo valdría la pena si con ello lograba por lo menos estar al lado de BeomGyu algunos minutos sin que esté de alguna manera se veía lastimado por si presencia.
El aroma artificial tampoco se sentía tan mal, SooBin tenía un buen olfato por lo cual eligió un aroma que comúnmente los omegas jóvenes solían emanar, dejar de sentir su propio aroma era un poco extraño, pero comenzaría a acostumbrarse sí con ello lograba fomentar de buena manera su plan aún más.
── ¿Si lograre acercarme a ti hermoso Omega? ── Preguntó a la nada el pelirosado mientras se sentaba sobre su cama, observando la bolsa de ropa nueva que había comprado únicamente para aquella ocasión, haría cualquier cosa para poder estar cerca de su Omega menor, quería verlo, quería sentirlo y poder protegerlo, aunque el fuera uno de sus mayores peligros, a el, no le importaría tener que renunciar a su propia jerarquía si con ello el y BeomGyu finalmente podrían tener un acercamiento, realmente estaba muy enamorado de un Omega que no siquiera era capaz de recordarlo, suspiró ── Tendré que comenzar a acostumbrarme a ser un Omega como tú, espero y todo funcione...
YeonJun no soportaría el hecho de tener que ver a BeomGyu padecer por aquella crisis nerviosas, debido a el, no podría vivir con la idea de haberlo lastimado de nuevo.
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