O2.

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Look at me, honey. I'll be your sweetest sin



Jake podía estar preparado para muchas cosas en la vida, cualquier situación que fuese, o inclusive para cualquier lugar en el que se encontrara. Pero en definitiva nunca estaría preparado para quedar atrapado en el ascensor del edificio, sin luz, y con su guapo vecino motociclista a su lado.

El momento había sido muy corto, pero Jake recordaba la sensación que tuvo en su pecho cuando las puertas del ascensor estuvieron por cerrar y una mano lo impidió. Al principio no le tomó mucha importancia, pero cuando miró detenidamente, jadeó en sorpresa, sintiendo su boca reseca.

Ahí estaba Lee Heeseung, como el precioso y sexy hombre que era. Vestía una chaqueta de cuero, unos jeans negros ajustados con cadenas, y esos aretes que no podían faltar.

Y por una vez en su vida, Jake siente que está a punto de morir. Nunca había babeado tanto por una persona como lo estaba haciendo por Lee Heeseung. Juraba que ese hombre era todo lo que estaba bien en este mundo, con una sencilla mirada podía ponerlo hasta de rodillas.

—Maldición, llegaré tarde —gruñó.

Jake lo ve peinarse su cabello con los dedos en modo de exasperación, mirando su reloj de muñeca con impaciencia.

Ese día tenía una gran reunión con patrocinadores y marcas importantes, y gracias al viejo ascensor del edificio que existía seguramente desde los años antes de Cristo, ahora estaba atrasado, y en apuros. Aunque lo bueno de la situación, (si es que había algo por rescatar) era el hecho de no haber quedado atrapado solo. Ahí estaba su vecino, el chico del mismo piso doce que vivía a una puerta de su departamento.

Ambos ya se conocían de vista.

Cuando Heeseung se instaló en el edificio, algunos le dieron una cálida bienvenida con adornos para el departamento y comida. Jake no estaba cuando él había llegado por primera vez. Sin embargo, cuando se enteró por boca de Jungwon que había un nuevo vecino en el piso, él quiso darle la bienvenida con un pequeño presente. Lo que no esperaba era que, un guapo chico de revista le abriera la puerta.

—Parece que nos quedaremos encerrados un rato más —esta vez fue el turno de Jake decir algo, al menos quería romper aquel silencio que no le gustaba.

No era incómodo, pero sentía que si no decía algo pronto, iba a explotar.

—Hm.

Bueno, al menos lo intentó.

«Demonios, ¿Este chico tiene que ser así de inexpresivo?» pensó con tristeza.

Cuando le llegaran a preguntar porque no solía tomar la iniciativa en una conversación, él contaría esta historia; de la vez que quiso dejar la timidez e iniciar una conversación por su propia cuenta, y fue a estrellarse contra la dura pared de la indiferencia de un chico.

Jake suspiró pesado, casi dándose por vencido, y justo cuando iba a dar todo por muerto, Heeseung retomó la conversación.

—¿Tú... —comenzó, sin mirarlo directamente— tienes batería en tu teléfono? —preguntó suavemente.

Jake duró un poco procesando lo que le estaba preguntando. Quizá porque estaba tratando de no chillar como adolescente enamorada.

Relamió sus labios, antes de contestar.

—Uh yo... Sí. Sí, claro —contestó, mordiéndose el labio inferior. Y aunque sabía que estaba respondiendo algo de lo que no estaba seguro, confirmó la respuesta varias veces.

Heeseung esta vez giró su cuerpo hacia él, mirándolo directamente en silencio. Sus ojos se posaron completamente en él, solo fueron segundos, pero Jake lo sintió como una eternidad. Añadiendo por supuesto, que ninguno de los dos decía nada, solo están parados uno frente al otro como si la oscuridad no fuera un problema para obstruir su visión.

12TH FLOOR BOY'S APARTMENT ✧ HEEJAKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora