La masajista

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Conocí a Camila de casualidad y, no lo voy a negar, por ingenua. Venía de una semana muy cargada en el trabajo duro dandole al valorant fuerte y los estudios con sus examenes incesates.. Ese viernes por la tarde necesitaba relajarme. Llamé a Alba, mi masajista de siempre, pero todavía estaba de vacaciones. Me pasó los contactos de algunos compañeras suyas, pero ninguno me convenció. Decidí buscar en internet.Entonces encontre a una amiga que me dio un nombre. Andrea. Doy gracias a los dioses por eso.

Me resulto extraño que trabajase por la noche,pero mi intencion solamente era relajarme. Acordamos una cita para las diez en mi departamento. Llegó puntual. Su apariencia no era la de una masajista común. Parecía lista para ir a una fiesta. Tenía un vestido ajustado negro, con un escote que se dejaba marcar bastante el entre teto. No me parece correcto juzgar a las personas por su manera de vestir, así que no me preocupé. Nos saludamos con un beso y un abrazo, como si nos conociéramos de toda la vida. Su pelo rizado, sus brazos y piernas cubiertos de tatuajes y su inmensa sonrisa,era todo o contrario que era yo. Le ofrecí algo de tomar, pidió agua y lo agradeció.Lo bebio de un sorbo ,mientras yo estaba en la cocina observandola con disimulo. lo notó y sonrió por ello. Me pregunta que si estaba nerviosa. Fingí demencia y le dije que no. "¿Vamos a la cama?", me preguntó con una sonrisa que decía demasiadas cosas.

En la habitación, me pidió que me quitase la ropa. "¿Toda?", le pregunté. Me dijo que podía dejarme puesta las bragas cosa que hice. Me acosté boca abajo en el centro de la cama. La perdí de vista, pero sentía como iba recorriendo toda la habitacion mientras sentía sus pasos en mis oidos, hasta que el tacto de sus manos en mis pies me hizo estremecer. "Tranquila, recién hemos empezado", comentó. Me masajeó los pies untándolos en crema de masajes, a medida que lo manipulaba, se sentía mas caliente. De a poco a poco iba subiendo por mis piernas, deteniendose en cada zona. Desde el principio, mi cuerpo entró en un estado total de relajación que muy pocas veces había sentido antes. Al llegar a mis muslos, volvió a poner crema. "¿Cómo te sientes,estas comoda?", me preguntó. "Como en una nube", respondí tontamente. Me devolvió una sonrisa que pude sentirla sin haberla visto detrás de mi nuca

Sentí sus manos rosar varias veces mis nalgas, pero no se detuvo y subió hasta mi espalda baja. El calor ejercido por el movimiento de sus manos, aceitadas, con mi piel, me estaba haciendo sentir muy cachonda y empezaba a mojarme. Sentí como mi respiración relajada del comienzo, comenzaba a acelerarse. Ella lo notó y bajó la intensidad del roce de sus manos. Me pidió que me tranquilizase, acariciándome la espalda. Error. Nada me calienta más que me acaricien la espalda. Estaba casi desnuda, indefensa, a merced de las manos de una desconocida que me hacía sentir demasiadas cosas. ¿Me estaba poniendo cachonda? Confirmé esa duda al sentir como se montaba sobre mis piernas y me frotaba la espalda cada vez con mas intensidad. Iba de mis nalgas a mi cuello. Subía y bajaba. Hacia círculos con sus manos y con sus codos. La sensación de relajación se mezclaba de una forma tan caliente. Sentí que algo explotaba dentro de mi cuando senti sus enormes tetas desnudas rozando en mi espalda. Una nueva y aún más potente explosión ocurrió cuando me susurró en el oído: "ahora eres mi perra y este cuerpo es mio", para inmediatamente cojerme del cuello y besarme en la boca.

Comencé a arquearme débilmente, sintiendo todo el peso de su cuerpo sobre mí y su aliento muy cerca de mi oído. "¿Quien es mi esclava?", preguntó también en un susurro. "yo.yo soy", fue lo único que pude decir. Siguió besándome suavemente. En un acto reflejo, comencé a mover la cabeza buscando su boca. No tuve que esforzarme tanto, ya que ella buscó la mía ,ella cogió mi mejillas y metio su lengua hasta el fondo de mi boca,sentía como se movia su lengua tocando cada rincon de mi boca.Un instante después, dejó de montarme y me pidió que me dé la vuelta. Obedecí. Me di cuenta que la firmeza de mis tetas y lo duro que tenia los pezones. "Eres tan bella,cada minuto te pones mas cachonda y caliente y eso me encanta", me dijo mientras volvía a montarse en mi cuerpo. Yo simplemente sonreí. Rocio aceite en mis tetas, luego en las suyas, y se agachó. Nos besamos mientras frotaba sus tetas con las mías. Estaban igual de duras que las mías, sentía el roce de sus pezones con los mios y me genero una excitación que jamas había experimentado.La veía hermosa,cada vez que se juntaban nuestros ojos sentia palpitaciones dentro de mi coño. Su pelo rizado salvaje. Sus tetas, más grandes que las mías,eran increibles ,estaban tan duras que podría chuparlas toda la vida sin cansarme. Sus ojos, negros y grandes, desprendían una luminosidad que solo imagino que puede existir en el infierno.

Se sentó sobre mi vientre y comenzó a chorearme de aceite y masajearme las tetas. Yo la tomaba de los muslos, acariciando y apreciando esa firmeza. Tomó una de mis manos y la llevó hacia una de sus tetas. La toque con timidez, pero sentía la necesidad de estrujarla y llevarme ese pecho en mi boca para poder saborear su rozado pezon. Y así lo hice, atrayéndola con fuerza por la cintura. La inmensa suavidad, sumada al delicioso sabor a coco del aceite, hacían de esa parte de su cuerpo, una delicia. Chupé una, luego la otra. Intenté comerme las dos a la vez, mientras perdía mis manos en su hermoso y desordenado pelo.

Ayudada por el aceite, se deslizó sobre mi cuerpo, hacia abajo. "Supongo que ya se te fue toda la timidez, ¿verdad?", preguntó señalándome las bragas. Asentí sonriente, notando por primera vez que ella había estado desnuda todo el tiempo. Me la quitó las bragas con rapidez . Me abrió las piernas con suavidad y empezo a besarme con sus suave y húmedos labios. hasta que llego en la punta de mi clitoris. Se sentía como los besos que nos habíamos dado anteriormente, pero, esta vez, su boca y su lengua jugaban con mi clítoris y acariciando mis labios de mi coño con sus suaves manos. Chupaba increíblemente bien. Con una mano hundía su cabeza entre mis piernas y con la otra me masajeaba las tetas. Pocos minutos después,acabe tan fuerte que me corri un poco en su cara. Ella riendose con su cara llena de jugo del amor . Totalmente extasiada, la vi salir de ahí abajo, con la boca abierta llena de mis jugos. La tomé del pelo y la atraje hacia mí. Nos besamos, pasando todos mis jugos de su boca a la mía. Tragué todo, tragó ella, es lo que menos importa.

Estuvimos un rato besándonos y recorriendo nuestros cuerpos con las manos, sin ningún sentido. Me agarró una de mis manos y la llevó a su coño. Sabía perfectamente qué hacer. Comencé a masturbarla jugando y apretando su clitoris, mientras ella me lo hacía a mí, sin dejar de besarnos. Y por instinto me movi levantando mis piernas y poniendo todo mi coño abierto enfrente de la cara de ella y abriendo sus piernas de ella, dejando la mía muy cerca de la suya. Hicimos un 69 hermoso, la hice correrse por primera vez. El sabor de sus jugos era agridulce, totalmente delicioso. Me tomo por los brazos y me hizo sentar sobre su cara. Me chupó toda la vulva y el culo de manera magistral. En un chispazo de emocion coji mi gran amigo de confianza que estaba en mi mesilla de noche. Lo chupé hasta la punta llenando mi garganta como si de eso dependiera mi vida, para luego meterlo con delicadeza en su coño. Al sentirlo, se arqueó casi de forma violenta y se corrio tan fuerte que me mojo mis tetas con su corrida. Nos reímos mucho de eso. Luego me recosté sobre ella como instantes antes y volví a chuparle la vulva, mientras la penetraba con mi consolador. Su respiración agitada se volvio en gemidos de placer, por lo que volví a acabar en su cara. Nuestros gemidos parecían solo uno, rápido y sonoro.

Me tomó por la cintura, haciendo que abandone esa deliciosa posición. Se sentó sobre la cama y me pidió que me sentara frente a ella, lo más cerca posible. Nuestras coños quedaron a pocos centimetros de tocarse. Entre ellas, puso mi consolador. Comenzó a moverse suavemente, uniendo nuestras coños. Imité su movimiento, aumentando el ritmo a medida que ella lo aumentaba. A pesar de que era la primera vez que, hacia eso, fue tan natural que sentía como si lo hubiese hecho siempre. Ella me decía que siga así, que no pare. Por momentos me tomaba de la cintura y nos besábamos, sin separar nuestros coños ni dejar de movernos. Con esa polla dee plastico dura uniendo nuestras vaginas, volvimos a acabar, esta vez, en el mismo instante. Nos fundimos en un beso y en un abrazo que se sentía como si estuviésemos envueltas en llamas. Totalmente empapadas en sudor y en nuestros propios jugos, sin dejar de abrazarnos, caímos rendidas en la cama. Apoyé mi cabeza en su pecho, mientras su respiración agitada me hacía sentir muy feliz.

Salí del trancé cuando sonó su celular, el cual estaba sobre la mesa de luz. Lo tomó, leyó algo, respondió. "Tengo que juntarme con una amiga. Está cerca de aqui. ¿Le puedo decir que venga para darnos una visita?". Me pregunto. Pero me sentia totalmente agotada. Ante mi silencio, volvió a hablar. "Es una muy buena amiga y tiene un regalo para ti. Estoy segura que te va a encantar. ¿Le digo que venga?". Como un autómata le dije: "Sí, pero rápido".

A la media hora después, llegó Ana. Una rubia alta, con las tetas más hermosas que vi en mi vida. ¿El regalo? Lo traía entre las piernas una polladura: la polla más gorda que me comí hasta el día de hoy. 

La masajistaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang