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La dragona empieza a decaer en una secuencia errática mientras se esfuerza en mantener con constancia su levitante vuelo, como lo ha hecho durante estas horas con la única compañía del océano, a pesar de que parpadea cada vez más con cansancio. «Tal vez...» desde la lejanía observa el puerto de Marloe, aunque este mismo comienza a resultarle borroso «si tuve que comer el pastelito que Lord Meldea me ofreció» concluye en aumento de aquella opresión en el pecho, con la oscuridad volviéndose su único panorama visual.
El susodicho eleva su mirada por un momento ante la castaña que le sirve una taza de té, extrañado al no verla junto a la Reliquia, pero agradece aquel detalle con un sutil asentamiento y continua con el papeleo. Aunque a los minutos, vuelve a sentir su presencia a un lado suyo.

ㅤ—¿Sucede algo, Malva del Dragón? —expresa cordial.

La timidez envuelve por un instante a Cleynan, pero la curiosidad ha conseguido darle el valor para descubrir aquello.

ㅤ—Disculpe por interrumpirle, Lord Meldea, es relacionado a mi ama —comenta a lo bajo, aunque igual capta la atención del rubio enfrente de ellos.

ㅤ—¿Lady Najwa? —murmura preocupado y enfoca su mirada marina en el olivo que deslumbra intriga—. ¿Le ha sucedido algo?

«Hace poco que se ha despertado, pero tiene la atención de Jade» se percata de ello con una sonrisa de lado entretanto sorbe del té de manzanilla. «¿Será que la vio durante el navío sepulcral

ㅤ—Mi ama esta en buenas condiciones —aclara al instante—, solo quería preguntarle si usted sabe de la relación entre ella y Lord Valorence.

La exaltación se manifiesta en Jade y Raymond, por poco, se atraganta con la bebida caliente mientras Hiranur espera alguna respuesta en medio de un nervioso jugueteo entre sus pulgares. En secreto, Roserice alza de reojo su vista y continúa con su deber en compañía de la desinteresada secretaria en esa clase de tema.

ㅤ—¿A qué se refiere exactamente con relación? —expresa en tono formal, aunque en el interior se haya desconcertado.

ㅤ—Parecían cercanos entre las cartas —susurra colocando el bol cerámico de dulces en la mesita.

ㅤ—Cercanos... —Cierra los ojos en un intento de hacer memoria a varios años atrás.

ㅤ—¿Qué tan cercanos, señorita Cleynan? —Amber la observa intrigante a la vez que acomoda los papeles terminados.

ㅤ—Eh, bueno, —Baja la cabeza avergonzada, «¿acaso hable muy fuerte?».— se despidió con un apodo que la Reliquia le habrá dado.

ㅤ—Debes de tener mucha seguridad con qué no es un renombre público —comenta el rubio atento a sus reacciones, aunque no tanto. Parecía más fácil de leer que su ama.

Aprieta por unos segundos ambas manos en su falda, para luego alzar la cabeza con cordialidad y enderezar a la perfección su postura. Ella es hija del Ducado Cleynan, dama de la protegida del emperador y la mejor en preparar el té; flaquear no debe de hacerle una opción cuando ha decidido que saciaría su curioso ser, no cuando representa su propio ser.

ㅤ—La tengo, Sir. Amber —asegura serena—, conozco lo suficiente a quien sirvo para saber que eso es un gesto suyo.

ㅤ—Oh~, pero aun así estas preguntando sobre qué tipo de relación tiene con el líder del primer Regimiento —Sonríe ladino, a pesar de encontrarse confundido de la subida de confianza de la castaña. No, más bien, con interés de donde proviene aquello que le da seguridad al Malva.

Ⲁ𝖽ⲅⲟⲛⳕⲧⳕʂ ︳Las Joyas de la PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora