Parte VIII

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Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.

Summary: Secuela de perdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida!¡Qué león tan morboso y masoquista!¿Qué hago resolviendo sus problemas?

Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer; excepto Hannah James, Danielle James, Charles Taylor y todos los personajes del universo de Hannah

Advertencia 2: Algunas frases originales del libro Amanecer aparecerán en la historia


El error se evita pensando antes de cometerlo, pero cuando ya está hecho lo único que queda es aceptarlo. —Anónimo.

No me percate en que momento había pasado de consolar al lobo, para amanecer extendida sobre el caluroso césped, unas caricias toscas en mi cabello terminaron por despertarme, después sentí una mano calurosa aferrarse a mi forrada cintura, su clara intención era que no me congelara con el sinuoso viento, estaba demasiado cómoda para moverme, tampoco tenia intenciones de volver con los Cullen.

— Ya se que estas despierta —musito Jacob sonriendo—. Hubiera dado todo meses atrás, por que hubieras despertado entre mis brazos.

— No te hagas ilusiones —murmure con la voz pastosa—, cállate.

— Debes volver con los Cullen —prosiguió Jacob ahora haciendo figuras en mi espalda—, ¿Te imaginas que estará pensando Emmett?

— Si —conteste bostezando—. Estará pensando que ya hemos tocado todas las bases.

El cuerpo de Jacob se tenso y sus manos se quedaron inmóviles, quizás había exagerado mi imaginación.

— Pensaba en otra cosa —repuso Jacob con voz trémula.

Tallándome los ojos me senté sobre el césped, debía tener una pinta espantosa y no culparía si Jacob salía despavorido corriendo a la Push; las manos de Jacob se posaron en mis hombros en un intento de sacudirme para que se me quitara el sueño, cuando levante los ojos para mirarlo, sus pupilas se habían transformado, un negro más brillante las ocupo, a la medida que sus labios volvieron a besarme.

Quise resistirme al contacto, pero una imperiosa necesidad exploto en mi interior y me sentí lujuriosa, otra alma ocupo mi cuerpo correspondiendo al beso, que se iba intensificando cada vez más, sin embargo, el recuerdo de Charles se sacudió con fuerza en mi cabeza y recordé que estaba traicionando a mi futuro esposo, para vergüenza mía.

— Para —masculle contra sus labios.

— ¿Por qué siempre interrumpes todo? —dijo Jacob separándose de mis labios.

Fruncí el cejo molesta, ¿Por qué siempre tenia que ser la cuerda?, además yo era una mujer comprometida y a puertas de casarse con un buen hombre.

— Por que soy la que piensa con la cabeza —conteste soltando un suspiro.

— Me estabas correspondiendo —recordó Jacob muy pagado de si mismo.

— Si —reconocí avergonzada de mi desliz—. Pero no puede volver a suceder, Edward te va arrancar la cabeza si se entera.

— ¿Por qué? —pregunto Jacob componiendo un gesto confuso.

— Por... —trate de hilar una respuesta coherente—. Por que es Edward y él, va parecer peor que perro de caza, recordándome mis obligaciones.

Del crepúsculo al amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora