✨Capitulo 1✨

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EL COMIENZO.

Hoy es domingo, mañana empiezan las clases después de una larga semana de receso, aunque para mí fue bastante corta. Este domingo estará algo agitado, tengo que prepararlo todo para mañana pero...

Ni siquiera me he levantado de la cama.

-¡Clara! ¡Son casi las once de la mañana! ¡Levántate de una vez muchacha!

Ese fué el grito de mi mamá. Debe estar en la cocina. La verdad ya no tenía sueño, solo seguía en la cama por pereza.

Me senté en la cama, me refregué los ojos y me animé a levantarme.

Cómo dije al principio hoy será un día muy agitado y bastante ocupado para mí gusto. Me puse un short de mezclilla con una blusa negra de lunares blancos y bajé las escaleras hasta la cocina.

-Buenos días -hablé un poco somnolienta.

-Yo diría buenas tardes, hoy si que rompiste el récord de el sueño más largo de la semana.

Él es mi hermano mayor, Lukas, tiene dieciocho años y está estudiando para entrar a la universidad. A veces es un poco molesto, pero casi siempre convierte el "no" de mamá y papá en un "sí" de su parte cuando quiero quiero salir a algún lado con mis mejores amigos.

-No exageres Luka, tampoco es para tanto -dije para después sentarme a la mesa a comer mi desayuno.

Pan con huevo frito y un vaso de café con leche. Mi padre estaba viendo las noticias como todas las mañanas mientras que mi mamá lavaba algunos platos.

-Bueno pero recuerda que mañana empiezan las clases, a partir de ahora no habrá películas hasta tarde -demandó mi padre.

Odio eso. Solo me dejan quedarme despierta viendo películas de noche los fines de semana. Pero en ese tiempo voy a casa de mis abuelos en Mayabe, este finde no fui porque mañana empiezan las clases de nuevo. Mis abuelos viven en el campo. Es un lugar hermoso, adoro visitarlos, en especial porque tienen un establo llenos de caballos y cada vez que mi primo Armando viene a ayudar a mi abuelo con la cría de conejos, de vez en cuando, me enseña a montar a caballo o como le digo yo "clases de equitación".

(...)

Menudo cansancio, he estado toda la tarde lavando mi uniforme, mi mochila, limpiando los zapatos, dándole brillo a la casa, ayudando a mamá a barrer y con un poco de ayuda de mi hermano organicé mi habitación.

Ahora me encuentro tumbada en mi cama del cansancio que tengo, mi papá aún está en el trabajo y mi madre está en la sala viendo la tele con mi hermano.

Estaba tan cansada que empecé a cerrar los ojos y me venció el sueño.

Me desperté con el sonido de mi celular, que más bien me hizo dar un brinco, en vez de sonar lo que hace es vibrar. Y como lo tenía debajo de la almohada prácticamente casi me caigo de la cama.

Cómo aún estaba algo adormilada contesté sin ver quién era.

-¿Oigo? -respondí la llamada.

-¿Estás en tu casa?

-¿Natalia?

-Pues claro, quién si no.

-Ah, es que me quedé dormida y el celular me despertó de momento.

-Ups, bueno, dime ¿estás en casa? Jonathan nos invitó a ir al parque como el último día de la semana de receso.

-Natalia, ahora mismo estoy hecha trizas, no tengo muchas ganas de salir -dije con fastidio.

Una Historia InconclusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora