"El dolor es mental."
"No estás mal."
"Lo que sientes es psicológico."
Es lo que me repito incansablemente durante el día, ante la cantidad de pensamientos destructivos que se atiborran en mi mente y acumulan lágrimas en mis ojos.
La vida no debería ser tan hija de perra pero una vez más me enseñó que la agonía, el dolor y el desespero son cosas que prevalecen constantemente en mi vida.
Eres lo que atraes.
Lo he escuchado decir millones de veces.
Si esa frase es real ¿Me dices que solo atraigo miseria cuando lo único que quiero es una vida estable?
Quiero ser más inteligente.
Quiero ser mejor persona.
Quiero poder darle una vida mejor a mi familia.
Quiero en el fondo que alguien me acepte como soy, aunque sea un desastre.
SOLO QUIERO UNA MALDITA ESTABILIDAD.¿¡Es tan difícil concederme eso!?
Ni siquiera sé si quiero la respuesta a esa pregunta.
Las seis palabras pronunciadas por aquella persona marcaron el fin de la estabilidad que por fin había logrado mantener por algunos meses. Incluso me atrevería a decir (ahora que lo veo en retrospectiva) que a pesar de mis constantes bajones emocionales, era feliz. Sin embargo, ahora...
Ahora no puedo decir lo mismo.
Tengo una edad para considerarme adulta madura y responsable, pero la presión, el estrés y el dolor me han convertido nuevamente en la niña de cuatro, cinco, seis, sieste y nueve años que tenía miedo de la oscuridad que reflejaban aquellas miradas, en la adolescente de doce cuya burbuja fue explotada antes de tiempo, la de quince que fue señalada y humillada solo por creer que los finales felices existían y la de diecisiete que no sabía que hacer con su vida, incluso vuelvo a ser la chica de el año pasado que confío y terminó hundida en el dolor.
Vuelvo a ser todas ellas hecha un ovillo en mi cama con lágrimas silenciosas y sollozos ahogados minimizando su dolor comparándolo con el de otros.
Vuelvo a ser aquella que no siente nada bueno hacia ella, vuelvo a encontrar la tormenta después de la calma y no quiero ser esa otra vez.
No quiero.
Durante estos días entrar al mundo de los sueños ha sido una agonía pero más ha sido tener que salir de el. Mis ojeras adornan mi mirada, mi sonrisa se hace cada vez menos presente, mi humor menos divertido y mi cabeza es un constante martirio, cada vez tengo menos ganas de salir de mi cama y eso es una señal.
Una mala señal.
Es la señal de que mi fortaleza y mis ganas de remar contra la corriente se han ido de mi sistema y ya no sé si realmente quiero hacerlo.
Todo pesa.
Todo agobia.
Todo cansa.Y mi mente es la responsable, ella dice que soporte, que aguante, que puedo hacerlo y no lo dudo hasta que empiezan los pensamientos autodestructivos que me hacen abandonar la carrera.
Ya no sé qué hacer para que deje de doler, si alguien conoce algunas opciones que no sean "confía en Dios y en el tiempo que te da la solución" hágamelo saber.
Se despide.
Una estrella que se apaga.
La chica de las notas.
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La Chica De Las Notas 🖋️
Novela JuvenilEl silencio de mi alma se mezclará con el ruido de mis letras.