Capítulo 1: Un Matrimonio sin Amor
El gran salón de Rocadragón estaba adornado con elegancia y esplendor para celebrar la reciente unión de Rhaenyra Targaryen y Laenor Velaryon. La joven princesa, a pesar de su corta edad, se veía majestuosa con su cabello plateado y ojos violeta, características distintivas de su linaje Targaryen. El vestido de seda blanco realzaba su figura, aunque por dentro de ella, se escondía una inquietud indescriptible.
Mientras los invitados brindaban y celebraban la boda, Rhaenyra y Laenor permanecían en una habitación adyacente al salón principal, donde pasarían su noche de bodas. El ambiente estaba cargado de tensión y un silencio incómodo reinaba en la estancia. Rhaenyra miraba con disimulo al joven Velaryon, tratando de comprender los motivos que lo llevaban a mostrar tanta indiferencia hacia ella.
Laenor, por su parte, desviaba la mirada nervioso, incapaz de articular palabra alguna. Era evidente que su corazón no latía por la princesa Targaryen, pero era su deber cumplir con el matrimonio pactado por sus familias. Aunque ambos se llevaban bien como primos, Rhaenyra sabía que eso no era suficiente para tener una relación íntima y amorosa.
Los pensamientos de Rhaenyra se sumergieron en un mar de confusión. Recordó aquellos días pasados en Desembarco del Rey junto a Daemon, su tío, de quien estaba profundamente enamorada. Las tardes en que compartían secretos, risas y miradas cómplices. Pero todo se desmoronó cuando él la dejó sin explicación alguna, llevándose consigo su corazón.
Las lágrimas amenazaban con brotar, pero Rhaenyra las reprimió con fuerza. No podía mostrarse vulnerable ante Laenor, menos aún en su noche de bodas. Pero la incertidumbre y el dolor de la decepción la embargaban.
"¿Por qué me abandonó?" se preguntaba una y otra vez. Había sido sincera con él, le había confesado sus sentimientos sin reservas. ¿Acaso Daemon no sentía lo mismo por ella? ¿Había sido solo un juego para él? La confusión se mezclaba con la tristeza en el corazón de Rhaenyra, y la noche de bodas que debía ser especial, se convirtió en una tortura emocional.
Los pensamientos se agolpaban en su mente como un torbellino, y la figura de Alicent Hightower, ahora esposa de su padre, apareció en su mente. Antes, Rhaenyra y Alicent eran las mejores amigas, compartían risas y secretos como dos hermanas. Pero el destino las había separado y las había convertido en extrañas. Rhaenyra no podía evitar sentir un dejo de resentimiento hacia la mujer que ahora ocupaba un lugar en la vida de su padre.
Pero incluso en medio de esa confusión emocional, Rhaenyra sabía que no podía culpar a Alicent por la situación en la que se encontraba. Era el rey Viserys quien había decidido que se casara con Laenor, y ella no podía desobedecer su voluntad.
El recuerdo de Daemon volvió a invadir sus pensamientos. "¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me abandonaste?" repetía mentalmente una y otra vez. Pero no había respuestas. La joven princesa sentía que su corazón se rompía en mil pedazos, mientras la realidad de su matrimonio sin amor se hacía cada vez más evidente.
El tiempo pasaba sin piedad, y la noche de bodas avanzaba sin que ninguno de los dos dijera una palabra. Rhaenyra intentó encontrar algo de consuelo en sus sueños, pero incluso en la fantasía, solo podía ver el rostro de Daemon, el hombre que le había robado el corazón y luego lo había dejado en pedazos.
La mañana llegó con su luz tenue filtrándose por las cortinas de la alcoba. Rhaenyra abrió los ojos y se encontró con la mirada de Laenor, quien parecía igualmente abrumado por la situación en la que se encontraban. Fue entonces cuando comprendió que no era la única sufriendo en aquel matrimonio sin amor.
En un gesto inesperado, Rhaenyra extendió su mano y tocó la mejilla de Laenor con suavidad. Ambos se miraron a los ojos, y aunque las palabras no salieron de sus labios, hubo una comprensión silenciosa entre ellos. Ambos eran víctimas de las decisiones de los mayores, y ambos anhelaban encontrar algo de felicidad en su destino forzado.
El día continuó con los festejos y las celebraciones en Rocadragón, pero el corazón de Rhaenyra seguía pesado y confundido. No sabía qué depararía el futuro, pero estaba decidida a encontrar su propio camino, aunque eso significara desafiar las tradiciones y las expectativas de su familia.
El amor no se podía forzar, y Rhaenyra se negaba a vivir una vida sin pasión y felicidad. Aunque Daemon la hubiera abandonado, ella no se abandonaría a sí misma. Era joven y tenía todo un mundo por delante, y estaba dispuesta a luchar por su libertad y su felicidad.
Mientras tanto, en Pentos, Laena Velaryon y Daemon Targaryen empezaban una nueva vida juntos.
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Denme una estrellita que me motiva a seguir escribiendo.
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Rhaenyra decide tomar su vida en sus manos. rhaenyra, daemon, harwin,
Truyện Ngắn- EN ARREGLO - Harwin no muere - Laena muere en el año 114 y Daemon se casa con Rhaenyra mucho antes. - No para TeamVerde - Daeron y Joffrey no existen