capítulo 6

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Nada es lo que parece

F: ¡Buenas!

Envidia: ¿Que quieren?

Narrador:
Este los miro con una ceja alzada. Paolo y Franchesca compartieron una mirada, envidia era muy alto por fuera,  se vía amable pero apenas abría la boca, se daban cuenta que no lo era.

Envidia: Ya digan ¿que quieren?

P: No nos trate así señor

Envidia: ¡ohhh! dame eso yo lo quiero

(rápidamente le quita el sombrero de explorador a Paolo).  Más para mí colección... que más pasen pasen y no toquen nada.

Narrador: ellos entran y hay todo tipo de cosas en vitrinas y vidrieras

F: ¿usted colecciona cosas?

Envidia : Si. A cada persona que veo que tiene algo lindo, hago lo posible para conseguirlo, quiero tener lo mismo que ellos tienen.

P: pero eso es malo, debes ser único y tener tus propias cosas por mérito propio

Envidia: ¿mérito propio?

F: Si, debes aprender a tener tus propias cosas.

Narrador: Allí entendieron que debían destruir todo lo que había ahí para poder liberar su alma de la maldad. Y eso hicieron, pero de repente el suelo retumbó y cuando se dan cuenta de todos las cosas rotas salen almas a perseguir a la envidia.

Almas- ohh esto es mío
- esto también es mío.
- quiero esto

Narrador: Luego de huir la envidia, Paolo y Franchesca continuaron su camino y desde lo lejos vieron una luz muy brillante, tanto que enseguida. Pero al acercarse, el brillo se desvaneció. Parecía que ocultaban algo en su interior, fuera del reino magnífico que se mostraba en apariencia. Allí habitaba una reina, de apariencia hermosa, pero muy... Soberbia.

Nota del autor:  que tal eh?, Sorprendidos?

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