Saltando Barreras | Danacoln

Capítulo 3

El cielo ya se habia tornado de un color negro estrellado indicando que había llegado la noche. La pareja llegó a la casa de la chica mayor después de estar una hora caminado sin parar.

"Ya llegamos..." - Dice Lincoln un poco cansado por la gran caminata.

"¿Estas seguro que no te puedes quedar un poco más?, si ya es fin de semana..." - Preguntó Dana.

"Lo siento amor, no puedo arriesgarme a que mi familia sospeche que estoy en una relación..." - Respondio.

"Oh si, tienes razón..." - Dijo la chica apenada.

"No pasa nada, en otro momento nos veremos. Además tengo que hablar con mi hermana para convencerla de ocultar lo nuestro..." - Explicó el albino.

"Esta bien, tengo miedo de lo que pueda pasar..." - En su voz se notaba el temor que tenía de ser descubiertos.

"Ya veras que todo se resolvera" - Lincoln se puso de puntillas para darle un beso en los labios y tranquilizarla - "¡Nos vemos!" - El albino se fue corriendo rumbo a su casa.

"Adios conejito" - Dana vio como su novio se alejaba de su vista - "Soy muy afortunada de tenerte..." - Se formó una sonrisa en su rostro, entró a su casa y cerró la puerta.

Lincoln comenzo a correr por el pavimento para llegar a su casa. Estaba completamente solo y apenas pasaba uno que otro auto que obligaba al chico a subir a la acera.

Eran casi las nueve de la noche y el albino llegó a su hogar. Abrió la puerta y fue recibido por sus padres que tenían una expresión de molestia en sus caras.

"¡LINCOLN MARIE LOUD!, ¿¡POR QUE LLEGAS TAN TARDE A CASA!?" - Pregunto Rita con un tono severo en su voz.

"Estuve pasando el rato con mis amigos y se me hizo tarde..." - Respondio esperando que creyeran su mentira.

"La próxima vez avísanos, tu madre y yo estábamos muy preocupados..." - Dice Sr Lynn mirándolo fijamente.

"Como sea..." - El albino subió las escaleras y se dirigió a su habitación. Cuando estaba por girar la perilla recordó algo - "Ah si, tengo que hablar con Luna..." - Se dio la vuelta caminando rumbo a la habitacion de la rockera y la comediante.

Cuando ya estuvo frente a la puerta la abrioy entró en el cuarto. Empezó a mirar por todos lados localizando a Luna que estaba sentada en el puff afinando su guitarra. Mientras que Luan estaba sentada en su cama anotando chistes en una libreta soltando unas pequeñas risitas de vez en cuando.