Shuumatsu no Valkyrie One Shots (Ships BL)

Apolo x Simo

Apolo estaba ansioso en la taberna local, el mismo lugar donde había conocido a Simo hace muchos años. Se sentía confortado por el olor familiar de lúpulos y granos, recordando con nostalgia los dulces recuerdos de su primer encuentro. Al levantar la mirada, vio entrar a Simo, acompañado de su hija, la niña que habían criado en el ahora bullicioso bar. Apolo apenas podía contener la alegría que crecía en su interior. Se sintió el corazón colmarse de placer al ver a su familia rodeándolo con amor.

La niña sonrió con entusiasmo al ver a su padre. Sin poder contenerse, corrió hacia él y le rodeó los muslos con sus brazos pequeños. Apolo sintió que su corazón se hinchaba de orgullo.

—¡Hola, papá! —gritó, mirándolo con sus ojitos oscuros y brillantes—. ¡Feliz anniversario!

Apolo le correspondió con una sonrisa grande.

—¡Feliz aniversario! —asintió.

Simo se acercó sonriendo y abrazó a Apolo por la cintura.

—Espero que estés listo para esta noche —dijo—. Es nuestro aniversario, así que vamos a celebrar.

Apolo asintió con la cabeza.

—Estoy listo para lo que tengamos planeado —dijo, besando a su esposo en la mejilla.

Simo sonrió y luego se volvió hacia su hija.

—Ven —la invitó—. Vamos a tomar un asiento antes de que empiece el show.

La niña asintió emocionada y se dirigió hacia la mesa que estaba reservada, seguida de sus padres. Apolo se sentó con un suspiro de satisfacción. Estaba feliz de poder compartir este lugar con su familia. No podía creer que hace años había conocido a su amor aquí, en esta misma taberna.

Mientras esperaban, Apolo miraba a su alrededor. Los últimos años habían cambiado al lugar de maneras que no podía imaginar. Ahora estaba lleno de luces cálidas y decorado con elementos de la naturaleza, como flores y hojas. La música de fondo era suave y acogedora. Se sintió envuelto por el encanto del lugar.

De repente, el camarero apareció al lado de la mesa con una bandeja llena de vasos llenos de bebidas.

—¡Bienvenidos de nuevo! —saludó, dejando los vasos sobre la mesa.

Apolo y Simo intercambiaron una sonrisa.

—Es nuestro aniversario —dijo Simo al camarero—. ¿Hay algún especial para celebrarlo?

—Claro —respondió el camarero con una amplia sonrisa—. El dueño ha preparado una bebida especial para este día tan especial.

Apolo miró la bebida con curiosidad. Era una mezcla de bebidas alcohólicas de diferentes colores y sabores. La mezcla era hermosa, casi como una pintura.

—No se preocupen —dijo el camarero, leyendo la mirada de Apolo—. Está hecho con los mejores ingredientes. Es muy bueno.

Apolo asintió con la cabeza antes de agarrar su vaso. El líquido brillaba como el sol.

—A nuestros diez años de amor —dijo, levantando el vaso en alto.

—¡A nuestros diez años! —repitió Simo, tocando su vaso con el de Apolo antes de beber.

Los dos se sonrieron mientras saboreaban la bebida. Era la mezcla perfecta de dulce y amargo, de pasado y de presente.

Mientras tomaban su bebida, Apolo miró a su hija. Ella estaba sentada en una de las sillas, mirando a su alrededor con curiosidad. Fue entonces cuando notó un leve movimiento en el vientre de Simo. Se dio cuenta de que, además de su hija, habían venido a celebrar el aniversario de otra persona.

—¿Cómo se siente el bebé? —preguntó Apolo.

Simo sonrió y puso su mano sobre el vientre.

—Bien —contestó—. Está activo desde temprano, pero ahora está tranquilo.

Apolo sonrió y acercó su mano para unirse a la de su esposo.

—Estoy deseando conocerlo —dijo con una sonrisa emocionada—. Estoy seguro de que va a ser una persona maravillosa.

Simo le devolvió la sonrisa antes de acariciar el vientre con suavidad.

—Sí —dijo—. Va a ser una persona muy especial.