Armero

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CAPÍTULO 1


Año 2018.
Primer año escolar.

Jefferson siempre tuvo la costumbre de que su madre era la que lo levantaba temprano para ir a clases, pero en esta ocasión se había levantado de un brinco por cuenta propia. Aún se encontraba cansado, pero necesitaba prepararse de una vez para su primer día de clases en la secundaria.

Empezó con un aseo personal, bañándose y cepillandose sus dientes, para así finalizar poniéndose su uniforme, acompañado de un buen perfume. Ya Jefferson estaba listo para que su madre lo llevará al colegio, ya que ella tenía su propio vehículo, para que así su hijo no tuviera que depender de un autobús.

Antes se tenía que ir ya con haber desayunado y no con llevar su desayuno, ya que era costumbre desde que lo hacía en su escuela. Ya al ver a su mamá preparando la comida, lo primero que hace es sentarse al comedor.

—Buenos días, mamá —empezó a comer su desayuno que estaba sobre la mesa.

—Buenos días, hijo. ¿Cómo estás? —contestó.

—Bien —contestó con la boca llena.

Jefferson siempre fué alguien que le a encantado comer toda su vida, o sea, que  también comía súper rápido sin ninguna paciencia. Como si fuera que alguien lo estaba esperando.

Él era una persona de piel morena, un poco clara; con los ojos color café, un cabello liso color negro, bastante suave; siempre peinado con el cabello hacia atrás, y una sonrisa perfecta, entre sus dientes cargaba unos brackets de color verde que lo hacían brillar cada diente. De contextura delgada, pero con un buen físico a sus 12 años, con una cara perfilada y bonita. Era unas de esas personas que las chicas consideraban atractivos.

—Algo que casi se me olvida decirte, hijo. Tu abuela quiere que vallas a su casa, antes de que te lleve al colegio.

Frunció el seño. —¿Para que será? Bueno, horita voy para allá, para saber que quiere —dijo terminando su desayuno.

Dónde él vivía, era en una vecindad donde estaba la mayoría de su familia de la parte paterna. Ha vivido ahí desde toda su vida con sus hermanas, su mamá y su difunto padre. Alguien que no se encontraba con ellos ya que perdió la vida hace algunos años, pero aún así se han mantenido en la misma casa durante siempre.

Él no tardo nada en llegar a la casa de su abuela, solo se tardó unos segundos ya que no era nada lejos, todo lo contrario. Abrió la puerta y entró a la casa para ver en que lo necesitaba.

—¿Abuela? —gritó entrando al corredor.

—¡Voy! —se escuchó al fondo de la casa.

Él solo esperó con un poco de apuro, para poder preparase e irse de una vez. Se encontraba inquieto. Después, su abuela se asoma por el pasillo.

—Bendición, abuela —dijo al verla —. Como...

—Buenas. Mirá, antes de que te vallas —le interrumpió mientras parecía buscar algo en el estante de su sala.

Agarró una caja pequeña, cómo una caja de zapatos; y caminó hacia él con intensiones de dársela.

—Toma —extendió la caja hacia él —, esto te lo quería entregar tu abuelo unos años después cuando estaba aquí.

Él tomó la caja. —Gracias, abuela.

Él sonrió y miró la caja, luego volvió a colocar la mirada en su abuela.

—No sé porqué te lo quería dar después de que fueras mayor de edad, pero me dije "¿Por qué no entregárselo hoy?" —dijo sonriéndole.

Él abrió la caja para ver lo que tenía adentró. —¿Todo esto era de él? —le preguntó.

Power Shards: Las Aventuras De Power Man [Parte 1#]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora