En un desesperado intento por proteger el legado de los Hwang, Hyunjin se adentra en el oscuro submundo del tráfico de órganos y omegas. En medio de una vorágine de egoísmo, envidia y lujuria, su destino se entrelaza con el de Felix, un Omega cuyo a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ahí estaban, Alfa y Omega, compartiendo un momento sentimental que no precisamente era desagradable, pues aunque Félix estuviera en desacuerdo por la inesperada reacción del Alfa, no pido evitar mantener el contacto.
Hyunjin y Félix mantenían el beso, profundo, cariñosos y quizás un poco necesitado por ambos, pues aunque no lo supieran mutuamente, ambos gustaban del otro de cierta forma.
Se separaban tan solo para tomar un poco de aire y volvían a conectar sus labios, profundizando más el beso, Hyunjin posó sus manos sobre la cintura del menor para acercarlo más a su cuerpo y Félix subió sus manos hasta los cabellos del contrario para enredar sus dedos en el mismo. Y de esa manera se quedaron unos minutos.
El lobo de Félix se sentía a volar, pues estuvo esperando tanto ese momento, en el que pudiera conectar con el lobo de Hyunjin y sentirse mimado ante este, restregando todo su cuerpo en el contrario y moviendo la colita ante la emoción.
Debido a esto, Félix no hizo ni el mínimo intento por separarse, pues aunque sabía que no era lo correcto, su lobo no deseaba que parara, y bueno... ¿Quién era él para negarle algo a su pobre lobito?.
Los minutos pasaron y Hyunjin supo que era momento de detenerse, pues ese "pequeño" beso, estaba llegando a algo más.
Cuando el mayor comenzó a tocar la piel del Omega por debajo de su camisa, lo entendió, si continuaba, asustaría al menor y él ya no querría acercarsele de nuevo, y él claramente no quería que eso pasara.
Saco las manos que mantenía debajo de la camisa del menor, colocándolas está vez sobre su ropa. Se separó de aquel beso y observó el rostro ruborizado de Félix, al igual que sus labios, rojizos e hinchados, tan lindos que tuvo que contener las ganas de volverlo a besar.
Al separarse, Felix pudo respirar de nuevo, aunque tardo un poco debido a la agitación. Tras unos segundos pudo volver en sí y molestarse de nuevo, solo que cuando estaba a punto de seguir con sus reclamos está vez, Hyunjin no lo callo con otro beso, sino con su mano. El Omega observó el rostro del mayor, pasando sus ojos directamente a los del contrario, notando lo lindos que eran, negros y profundos, haciendo que todo el enojo que tenía se fuera al carajo en ese mismo instante. Sin embargo, el momento no duró mucho.
- ¡Hyunjin! - Una voz conocida resonó por todo el pasillo, haciendo a ambos chicos separarse ante el acercamiento de la voz, mientras observaban la puerta esperando a que alguien entrara.
La puerta fue azotada de golpe como se lo esperaban, dejando ver a un Changbin bastante preocupado y agitado
- Hyunjin - El Alfa respiro con agitación. - Que bueno que te encontré. - pauso nuevamente el Alfa.
- ¿Qué tal si respiras y me dices que pasa? - Hablo Hyunjin acercándose ante el mayor.
Changbin había corrido por toda la mansión tratando de buscar a Hyunjin, pues el Alfa no le respondió ningún mensaje, así que pensó que quizás ya estaba en peligro y necesitaría ayuda. Sin contar que el Delta tampoco respondía su teléfono.
