Capitulo 3

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Eizli


 
  Ya era martes, habían pasado tres días desde que había ocurrido lo del chico raro y lo de mis padres. Respecto a lo último, no he encarado a mis padres aún, ya que conociendo a mi mamá, de seguro reaccionaria muy mal. Quizás tenían razón, todavía no tengo la madurez necesaria.

 
  En estos momentos me encontraba en la escuela, acababa de sonar la campana y todos salieron corriendo hacia afuera para almorzar, mi grupo de amigos me dijeron que me iban a esperar en la cafetería y yo me quedé recojiendo mi puesto y echando los libros de Biología dentro de la mochila, cuando me di cuenta ya no quedaba nadie en el aula, nadie, excepto William.

  No lo había notado hasta que vire la cabeza y lo encontré mirándome con sus ojos marrones. Tengo que ser sincera, Will es muy guapo y yo siempre he admirado la belleza masculina, no puedo negar que una que otra vez me he quedado viéndolo de más, pero es algo inevitable, William tiene algo que hace querer verlo, él es imnonito. Yo tengo mis sentimientos bien claros, no me gusta nadie y solo siento atracción física hacia Will, así que levante una ceja y eleve la comisura izquierda de mi labio, entonces me acerqué a la puerta del laboratorio y la cerré.
 

  —Pensaba que eras una niña buena, Eizli— fueron las primeras palabras que lo había escuchado decir en todo el día— Pero no creo que una niña buena se la pase el día entero mirando hacia atrás para asegurarse que su cruch la mira, eso es de acosadoras.

  —Ja, ¿mi cruch, tú?— me fui acercando levemente hacía donde él estaba, que era al final del salón en la ilera del medio— Sueñas mucho, William— al decir su nombre ya estaba frente a él.

  William se relamio los labios con una sonrisa en estos. Dio un paso al frente, acortando mi espacio personal… mi espacio personal, me fue inevitable no acordarme del muchacho de hacia unos días y la imagen de él sentándose frente a mí vino a mi cabeza haciendo que me desconsentrara por completo de lo que estaba pasando en estos instantes.
 

  William estaba mucho más cerca, y yo me encontraba acorralada entre él y el pupitre. No quitaba sus ojos de los míos, era como si mirara dentro de mí.
 

  —¿Puedo besarte?— Dijo esta vez bajando la vista hasta mis labios, y yo hice lo mismo.

  Nuestras respiraciones estaban entrecortadas, su aliento olía a menta, seguro producto del chicle que estaba mascando a inicio de clase, sin esperar más lo besé yo, atraje su cabeza hacia mí y enrede mis dedos en su cabellera platinada por los tintes, sus manos que antes habían estado en el puesto de alguien cualquiera, ahora se encontraban en mi cintura, hasta que apretaron mi espalda baja atrayéndome más hacia él. Quería seguir el beso, pero mientras más nos uníamos, sentía que me debilitaba, William no paraba de acercar nuestros cuerpos, al principio pensé que eran las ganas, pero se estaba sintiendo raro. Me separe de él luego de unos segundos por lo débil que me sentía.

  —William, creo que es mejor que me sueltes, alguien podría entrar en cualquier momento— Le dije con la respiración agitada, en realidad algo dentro de mí me gritaba que saliera ya.

 
  —Todos están almorzando, no pasa nada.

 
  —Es mejor prevenir que lamentar, ya sabes— Le dediqué una sonrisa y puse mis manos en su pecho haciendo presión para que me soltara, y milagrosamente lo hizo.

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