Cap.3 Nightmares

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Habían pasado tres semanas desde que Link se había infiltrado en el Clan Yiga, y aunque el había conseguido el tesoro de las Gerudo desde el segundo día, no pudo, no logró irse de esa guarida...
Intentaba decirse a si mismo que lo hacía por información... Pero, el sabía que era otra la motivación.

Un chico...

Un pelinegro de ojos negros, con la barbilla levemente puntiaguda y el cuerpo alto y delgado con leves pero fuertes músculos.

Esas sonrisas que en las comidas le regalaba, los cuentos que le contaba en vez de dormir, las caricias que le daba a su pelo, las bromas y chistes...

Todo eso era la motivación por la cual no había podido irse.

Y aunque el sentido de la culpabilidad lo inundaba cada vez que Daiki le tocaba el pelo, que comían juntos, bromeaban, o hablaban no podía separarse de el.

Estaban otra vez en el comedor, para cenar, solo que Link estaba apoyado medio dormido en el hombro del pelinegro, se había vuelto un poco una costumbre que a cada cena el se apoyará a Daiki, y este último le acariciara el pelo, aunque estando recogido en una coleta no era muy cómodo como cuando lo traia suelto.

<< Tenemos que irnos. Mañana tenemos una misión importante. >>

Link abrió lentamente los ojos, viendo a través de su mascara como Daiki se ponía la suya, y su rostro dejaba de ser visible.

Se paró de pié y caminó entre las mesas junto a Daiki hasta llegar a la puerta del comedor donde se abrieron paso en los corredores y dormitorios hasta llegar al dormitorio D.

Como ya de costumbre Link fue el primero en asearse e ir a la cama, y obviamente el segundo fue Daiki, quién cada noche veía a Link recostarse en la cama al lado de la suya.

<< Oye... Yo en el día logro dormir un poco, y muchas noches duermo... ¿Pero tú? >>

Preguntó el pelinegro mientras se dejaba caer en el colchón blanco.

<< Duermo duermo. >>

Dijo el rubio intentando huir de la pregunta.

En los últimos tiempos las pesadillas le perseguían, y no quería que los del clan Yiga lo descubrieran por sus gritos o porque en el sueño se quitó la máscara.

<< ¿Pero bastante? >>

El rubio asintió.

El pelinegro al ver eso puso una ceja arriba y la otra abajo, haciendo entender al rubio que no le creía absolutamente nada.

<< ¿He de creerte? >>

Esta vez el ojiazul vaciló antes de asentir con vivacidad, probablemente eso fué lo que alertó el pelinegro, ya que se sujetó por los codos en la cama, mirando atentamente al rubio con cara preocupada.

<< ¿Estás seguro? >>

Sin poder más contenerse el rubio dijo:

<< ¡HAAA! ¡Vaaale! ¡Es que tengo pesadillas y no me dejan dormir! >>

El rubio se esperaba que el pelinegro explotara de las risas, pero este se quedó mudo, sin decir una palabra, parecía estar pensando seriamente en algo.
Pero no podía saber el que.

<< Si quieres puedes dormir conmigo, de todas formas no muerdo, de eso puedes estar tranquilo. >>

Link se sonrojó a tal punto que un tomate maduro podría haber parecido claro en comparación de su cara, que gracias al cielo estaba cubierta, y por eso Daiki no se pudo dar cuenta del efecto que esas palabras habían hecho en la mente del rubio.

Dangerous LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora