Capítulo 3: Entre Sombras

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Mis sospechas sobre Luna se habían confirmado, y la tensión me consumía mientras la seguía hacia la siniestra mansión en medio del bosque. Me escondí detrás de un árbol y observé a través de una ventana rota, tratando de controlar mi respiración agitada.

—¿Qué están tramando? —me pregunté a mí mismo.

Luna estaba rodeada de individuos pálidos con ojos hambrientos, y en el centro de la habitación, atado a una silla, estaba Adam con una mirada vacía en sus ojos.

—Así que es verdad... —susurré, sintiendo el peso de la desesperación en mi pecho.

Justo en ese momento, Luna volteó la cabeza y nuestros ojos se encontraron. Su sonrisa siniestra me hizo estremecer.

—¿Quién está ahí? —preguntó uno de los vampiros, mirando hacia la ventana.

Retrocedí rápidamente, tratando de no hacer ruido, y me alejé de la mansión. Tenía que pensar en un plan para rescatar a Adam y encontrar a Lily. Sabía que la situación era peligrosa, pero no podía quedarme de brazos cruzados.

Me reuní con mi amiga Rachel, quien siempre había sido astuta y valiente. Le conté sobre mis descubrimientos y mis sospechas sobre Luna.

—Ethan, esto es peligroso. ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? —dijo Rachel con preocupación.

—Lo sé, pero no puedo abandonar a Adam ni dejar que Luna siga haciendo daño —respondí con determinación—. Tengo que rescatarlo y descubrir qué le pasó a Lily.

Rachel suspiró, pero sabía que no podría disuadirme de mi decisión. Juntos ideamos un plan para infiltrarnos en la mansión durante la noche y rescatar a Adam. Era arriesgado, pero no podíamos permitir que la oscuridad se apoderara de nuestro pueblo.

Esa noche, nos adentramos en el bosque con sigilo y nos acercamos a la mansión. La luna brillaba débilmente entre las nubes, otorgándonos una luz tenue y misteriosa.

—Tenemos que ser rápidos y silenciosos —susurró Rachel—. No sabemos cuánto tiempo tendremos antes de que nos descubran.

Asentí, sintiendo cómo la adrenalina se apoderaba de mí. Nos aproximamos a la mansión y encontramos una entrada trasera entreabierta. Con cuidado, nos colamos dentro.

El interior estaba oscuro y lleno de sombras, pero pudimos escuchar murmullos y risas provenientes de una sala cercana. Nos acercamos cautelosamente y, al asomarnos, vimos a los vampiros reunidos, incluida Luna, celebrando algo que no alcanzábamos a comprender.

—Tenemos que encontrar a Adam —le susurré a Rachel—. Busca en las habitaciones de arriba, yo me encargaré de la planta baja.

Nos separamos y recorrimos la mansión en silencio. Cada paso era un eco atronador en mi cabeza, pero no podía permitirme perder la concentración.

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