𝕀

162 23 1
                                    


- Naruto Uzumaki -

(...)

   Me encontraba vendiéndole un ramo de Lirios amarillos a un joven Alfa. Estos significan felicidad, alegría y gratitud en el amor.

  El chico me contaba que era para una ex pareja que se casaría en este verano. Su mirada perdida y ojos rojos daban mucho de que hablar, el dolor que debería estar sufriendo en estos momentos. Dijo que a pesar de que lo amaba, debía cerrar ese episodio en el que se había estancado y dejar ser feliz a la persona que amaba.

  No era la primera vez que escuchaba historias parecidas, soy florestita y tengo mi pequeño local, y a menudo trato de empatizar con mis clientes, para saber que flor recomendarles, y que mensaje transmitiría con esas.

  Este cliente estaba triste, pero a la vez feliz de que su ex amor haya encontrado a su destinado. De por sí ya era muy increíble, la probabilidad de encontrarlo era casi nula, y por eso mismo estaba feliz. Lo intentó animar, a todos nos han roto el corazón, aunque sea una vez, como a mí. Aunque ahora somos amigos, sinceramente, yo todavía le quería, pero no podía hacer nada, él ya estaba en otra relación y de ninguna manera iba a interferir en una relación por un deseo egoísta.

  Al principio me afectaban mucho las historias de mis clientes, a veces venían felices de encontrar su amor, otras, como esta, venían llenos de melancolía. Pero claro, siempre he lidiado con patanes que han intentado desahogarse más de lo debido conmigo, ofreciéndome pasar la noche con ellos y cosas así. Bien que podría defenderme, pero algunos de verdad me ganaban de estatura por tres o dos cabezas, en su mayoría alfas.

  Más no me dejaba intimidar, era mi esencia, aunque fuera omega, no es que la sociedad repudie a los omegas, pero se sabe que de algún modo somos inferiores biológicamente. Dependemos de un alfa, más cuando encontramos a nuestro destinado, y por ello muchos omegas viven con miedo, aterrorizados del mundo, como en algún momento me sentí, pero que logré superar. Hoy en día, soy un omega que se da a respetar.

  Finalmente, el chico llamado Konohamaru me agradeció y se retiró.

  ¿Pero, por qué no les cuento más de mi vida?

  Desde pequeño siempre fui muy testarudo y orgulloso, siempre con la cabeza en alto. Debido a eso, muchas personas pensaban que era un alfa, pero cuando veían mi cuerpo y rostro, se retractaban inmediatamente. Destaque entre los demás por no retractarme de mi palabra y nunca rendirme, como por alcanzar mis metas y siempre soñar en grande. Básicamente por romper los estereotipos o etiquetas a los que fui sometido inconscientemente desde la revelación del segundo género, pero siempre tuve a mis dos grandes pilares, mis padres.

  Lo primero que notaban en mí, era mi cabello rubio, igual que el de mi padre alfa, y ojos azules, aunque los míos eran más eléctricos. En cuanto aspectos generales, era una copia de mi padre, en facciones y cuerpo, era casi como el de mi madre, tampoco es como si tuviera una cintura muy pequeña y cadera ancha. Según todos era más delicado, no exageraba en eso, era adorable. Pero claro, nadie que conociera a mi madre se pasaría de listo conmigo.

  Mi madre es conocía por ser el Habanero Sangriento, en eso me parezco en ella. Y mi padre, conocido como el relámpago amarillo, por su velocidad y agilidad, habilidades que afortunadamente poseo. Soy una perfecta mezcla entre los dos. Ciertamente aplaste todas las expectativas sobre mí. Como siempre, la mayoría pensó que sería en omega sumiso y obediente, pero como ya comenté anteriormente, no lo era ni un poquito. Aunque tenía mis momentos bajos, y debido a mi personalidad, ningún alfa o beta se fijaba en mí, o eso fue hasta mis doce años, en donde conocí a un beta llamado Sabaku No Gaara, y dando como resultado, mi amor adolescente.

𝕌𝕟 𝕁𝕒𝕣𝕕𝕚𝕟𝕖𝕣𝕠 ℂ𝕦𝕒𝕝𝕢𝕦𝕚𝕖𝕣𝕒/𝕊𝕒𝕤𝕦ℕ𝕒𝕣𝕦/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora