𝕌𝕟 𝕁𝕒𝕣𝕕𝕚𝕟𝕖𝕣𝕠 ℂ𝕦𝕒𝕝𝕢𝕦𝕚𝕖𝕣𝕒/𝕊𝕒𝕤𝕦ℕ𝕒𝕣𝕦/

𝕀𝕀

 - Sasuke Uchiha -

(..)

 Estaba fastidiado, muy fastidiado. ¿Tan difícil es redactar algo importante que los haya marcado en su vida?, ¿O que simplemente les guste? Por lo visto, si lo es, al menos para mis estudiantes inútiles, que solo pueden escribir una letra.

Son vagos, son el típico curso problema, son los más bulliciosos, me tienen harto. Al ser el profesor de Literatura, me consideran el más aburrido, pero soy él más exigente, ni si quiera el profesor de matemáticas, Hatake Kakashi, es tan exigente como yo lo soy. Y lo admito, adoro mandar deberes y molestar la vida de mis estudiantes, de igual forma, ellos también lo hacen. Me causan horribles dolores de cabeza, ojalá y pudiera estar en la época de antes, para darles un reglazo en la mano. Malditos inútiles buenos para nada. Para mi mala suerte, el propósito de mi vocación es enseñar, por eso me desvelo todas las noches preparando las clases.

De verdad amaba la materia que profesaba, amo la literatura desde que tengo memoria. Cuando era un niño siempre fui el centro de atención, no como mi hermano mayor, pero era un genio, y se podía ver en mis notas de la escuela, colegio y universidad, siendo siempre la mejor materia con más puntaje, lenguaje y literatura, al igual que matemáticas.

En Literatura, disfrutaba demasiado las clases, llenarme de conocimiento, y vocabulario con palabras y significados nuevos, más adicción a los libros, un pasatiempo mío, además de escribir.

Pero como dije, mis alumnos no pueden hacerlo. Ni si quiera les mande tres o cuatro hojas, solo una, ¡UNA! Pero no. Nadie tenía la jodida tarea, y no daría segundas oportunidades, les pondría el dos en su libreta, lo tenían bien merecido, ese deber tenía una semana de anticipación. Me frustra demasiado, eso provoca que me jale el cabello o que se caiga, no sería raro que en algún momento de mi vida me quedare calvo debido a tantos jalones que le di, sumando el estrés que me causan estos, quizás muera prematuramente.

Tengo veintisiete años, sin embargo, parezco más viejo que mi otro hermano, Uchiha Itachi, ese bastardo. Él también me molesta con eso, además de recordarme que soy un amargado, no es mi culpa que él sea tan feliz en su empresa, siendo una mierda de presidente, mientras que yo decidí ganarme la vida solo, sin ningún centavo de mis padres. Me independice a mis veintiún años y no me arrepiento, me convertí en alguien mucho más responsable, claro que más de lo que ya era. Y, por ende, tenía mi casa, mis reglas, limpiaba, y lo sigo haciendo cuanto más puedo, detesto la suciedad y la desorganización. Lo sentía mi espacio, ahí nadie podía mandarme o regañarme, tener todo bajo mi control siempre había sido algo que me producía total satisfacción. Nunca podría estar con alguien revoltoso, desorganizado o peor, alguien extrovertido. Yo soy introvertido, quizás asocial. Seriamos como el agua y el aceite. No podría, definitivamente no podría-menuda sorpresa que te vas a llevar, Sasuke-.

Otro problema son mis alumnas con las hormonas alteradas, estas están como chicle conmigo en la hora de descanso, no entiendo que tienen con estar al lado mío e insinuarme cosas indebidas, se supone que es la hora en la que no te joden, pero claro, para mí no lo es. Al ser alfa, atraigo a muchos omegas o betas, lo cual de por sí, ya me molesta, odio estar rodeado de personas, odio ser el centro de atención. Por eso quise distanciarme de mis padres, ellos son los dueños de una empresa muy famosa: "Sharingan". Mi hermano es el dueño actual de esta, al principio, se nos educó a los dos de la misma forma, pero luego encontré mi vocación, por lo que renuncié a cualquier puesto en esa empresa.

Al fin y al cabo, Itachi siempre había sido el más destacado de los dos. La verdad no me importa mucho, ahora ya no.

Desde que tengo memoria siempre fui muy popular, y tuve bastantes oportunidades para estar con alguien de mi "nivel", pero por más que me hay gustado alguien, nunca me interesé completamente en alguien. Eso no significa que no existen personas que se quedaron a mi lado, pero nunca llegando hasta el interior de mi oscuro ser. Si bien me importaban, no lo hacían lo suficiente como para estar con ellos todos el día, de hecho, prefiero estar sin ellos.