La situación más inesperada (III) El spa.

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Como ya os dije anteriormente Dani y yo nos veíamos muy poco, de higos a brevas que dicen, pero cuando quedábamos siempre lo pasábamos bien. No necesariamente quedábamos para follar, muchas veces íbamos a cenar, tomar un helado, desayunar, a pasear a su perra... Pero en algunas ocasiones estos encuentros degeneraban en algún polvo rápido, un poco de sobeteo o alguna mamada rápida.
Por ejemplo una vez cuando fuimos a cenar y al volver a casa nos pusimos tontorrones y acabamos aparcando el coche para que me la chupara. O el día que me hizo una paja en el mar cuando fuimos a darnos un chapuzón. También está la vez que me hizo llevar un plug, que el controlaba con un mando, en público mientras dábamos una vuelta por el centro.
La verdad que estas situaciones de sumisión me ponen mucho, pero ahora no vienen al caso, otro día os contaré situaciones parecidas con Dani y con otras personas.
Hoy hablaremos de nuestro último polvo, uno muy rápido, sin prácticamente ningún preliminar, la situación no nos lo permitía.
Empecemos.

Hacia un mes y pico que no nos veíamos y decidimos quedar un domingo. Su cumpleaños ya había pasado y el mío estaba por venir así que decidimos buscar un 'daypass' en algún hotel chulo, con piscina y comida incluida y si ya venía spa mejor que mejor.
Durante la semana nos fuimos pasando opciones y mirando precios y que ofrecían. En uno de esos días lo comenté en el trabajo y uno de los jefes me dijo que porque no iba al otro hotel que tiene la compañía, que podía hablar con uno de los directores y que siendo empleado me podrían hacer un precio especial.
Fue un dicho y hecho, el domingo a primera hora de la mañana estábamos en su coche yendo a la otra punta de la isla a pasar un día en un hotel cinco estrellas superior con vistas a la playa y con spa, comida y piscina disponibles.
Nos habíamos puesto guapos para la ocasión, él con bermudas beige y un polo blanco y yo con unas bermudas azul oscuro y una camisa con rayas blancas y azules, arremangada y con varios botones del pecho abiertos y el pelo recogido en un medio moño.
Llegamos contentos, durante el camino habíamos estado escuchando música y hablando de la suerte que teníamos.
El recibimiento fue espectacular pues ya estaban enterados de que mi reserva había sido hecha por la dirección así que nos trataron como reyes.
El itinerario sería el siguiente: primero el spa para relajarnos, luego iríamos a comer y por último a la piscina a pasar toda la tarde. Pintaba de lujo.
La recepcionista nos acompañó al spa, que estaba completamente vacío (ya que hacía muy buen día fuera y la gente prefería ir a la playa o a la piscina según nos dijo), nos dio las llaves de las taquillas y nos dejó a nuestro aire.
Entramos al vestuario y era pequeño, un par de taquillas a un lado, una banca larga al otro, una puerta a una ducha y otra a un baño en la otra pared y en la última un espejo grande.
Empezamos a desnudarnos sin hacernos mucho caso el uno al otro, hablábamos de lo que haríamos en el spa y lo que no.
Llegamos y probamos todo, la piscina climatizada y la fría, la sauna, el baño turco y el jacuzzi.
Realmente no fue que tonteáramos, al menos yo no lo percibí así.
Yo no puede evitar mirarle, claro, cuando salía del agua delante mío y el bañador se le pegaba a su culito, cuando le veía las gotas resbalar por el pecho e incluso cuando estábamos en las hamacas y se le mercaba un poco el paquete.
La verdad no puedo evitarlo, Dani siempre me provoca ese deseo de querer al menos tocarle y tener contacto físico con él.
No se si el se fijo en mi, no dijo nada y no me di cuenta de si lo hacía pero al final me acabé durmiendo en la hamaca mientras le miraba.
No se cuanto tiempo pasó hasta que Dani me despertó porque faltaba poco para la reserva del restaurante y teníamos que secarnos, cambiarnos e ir.
Fuimos al vestuario y empezamos a quitarnos la ropa, estaba sacando las cosas de la taquilla cuando me giré y le vi sentado "secándose" la polla con la toalla mientras me miraba el culo.
- Es que no puedes evitarlo - Reí mientras me incorporaba.
+ Es que claro Alex, te ponen la taquilla abajo y me enseñas el culo y yo no soy de piedra.
- Bueno, pues baja esa piedra que hay que vestirse y menuda erección llevas como para salir así tío.
+ Buah, ojalá fuera tan fácil tío, ¿tú has visto eso? No sé baja así como así, ni con una paja me desfogo.
Se había quitado la toalla y se masturbaba ligeramente mientras miraba mi ya empalmado rabo.
+ Quizás podrías ayudarme, tengo ganas de ese culito Alex.
- ¡Eres increíble! Uno rápido, sin mamada, me la metes, te corres y nos vamos a comer. - dije dirigiéndome al baño.
Me giré y le vi sentado mirándome, con la cara atónita y la polla a punto de reventar.
- ¿Vienes o no?
No hizo falta que se lo volviese a repetir. Se levantó y casi voló hacia el baño.
Me apoyé en el mueble del lavabo sacando el culo y abriendo las piernas mientras le veía a través del espejo cerrar la puerta y echar el pestillo.
Cuando se giró pude verle el rabo y que rabo... Me vuelve loco. De verdad que creo que es la polla ideal. Nos amoldamos el uno al otro. Es una polla que puedo tragarme entera y me ahoga pero no en exceso y en el culo... En el culo es otro rollo, de verdad que mi culo para hecho para su polla y su polla para mí culo. Me llena.
Se puso detrás mío sonriendo y meneándose la polla. No pude si no sonreír a ver la cara de adolescente salido y feliz que puso de repente.
Me dedicó una sonrisa y se acercó a besarme las espalda mientras jugaba con un dedo en mi entrada.
Un segundo dejo entro acompañado de un mordisco en mi hombro y el tercero mientras me agarraba del cuello y me acercaba a él.
Me encantaría decir que los dedos entraron fácil, que estaba tan cachondo que ya estaba abierto pero no. Lo que pasa es que llega un momento en el que encuentro placer en el dolor, me excita, me hace querer más.

Después de estar un rato sacando y metiendo los dedos y jugando con mi culo por fin acercó su polla a mi entrada.
Es cierto que le había dicho que uno rápido, pero no esperaba que se lo tomase en serio. Se lo vi tarde en la cara, puso una expresión de salido, de cerdo que me mató. O quizás fue la embestida, el que me la metiese de golpe. Me mordí el nudillo cuando la enterró y la dejo ahí.
Me dio unos instantes, uno pocos segundos antes de estirarme de la melena echarme la cabeza atrás para mirarme en el reflejo y empezar a penetrar.
Apenas podía aguantar los gemido, le devolvía la mirada en el espejo y veía como apretaba los dientes y fruncía el ceño mientras me la clavaba una y otra vez. Embestida tras embestida notaba y escuchaba sus huevos chocar contra mi culo, adoraba ese sonido.
Una palmada sonó en el baño mientras me seguía agarrando el pelo. Otra más la siguió y después otra.
Ese era el Dani que me gustaba, me seguía follando fuerte y duro, me estiraba el pelo, me arreaba. No se en que momento dejamos de aguantarnos los gemidos, no se en que momento empecé a correrme yo solo como pocas veces me había pasado.
Me tenía extasiado, disfrutaba, gozaba, me llenaba, la notaba chocar dentro mío. Se me desenfocaba la vista, las manos la tenía rojas de apretar contra la encimera del lavabo.
El gruñía y me miraba, sonreía mientras me arreaba otro guantazo y cuando no me pegaba me clavaba los dedos en la cintura. Alternaba las hostias entre ambas nalgas.
Me ardía el culo, por sus embestidas y por los golpes. Estaba que no podía me fallaban las piernas.
De repente me soltó el pelo y hundió sus dedos en mi cintura, apretando, haciéndome soltar un quejido.
+ !Me corro! - exclamó - Te voy a llenar, te voy a preñar entero.
No aguantaba más, estaba acalorado, cachondo, dolorido. Me faltaba el aire, híperventilaba.
Dos arremetidas más y sentí como me llenaba. Se apretó contra mi mientras se vaciaba, mientras me preñaba como había anunciado.
Deje caer mi cabeza en el lavabo mientras él se dejaba caer encima mío, apoyando su cabeza en mi hombro sin sacar la polla que empezaba a encoger en mi interior.
Me empezó a besar los hombros y a acariciar la barriga mientras se separaba de mi.
Su semen empezó a resbalar de mi culo, lo notaba bajándome por los muslos.

Al cabo de unos instantes se incorporó y me dio una palmada en el culo, una palmada que escoció.
Levanté la vista y volví a ver esa expresión simpática, había desaparecido el adolescente salido y había vuelto mi amigo.
No reímos mientras cogía papel y me lo ponía en el culo para recoger los restos que quedaban dentro de mi.
+ Me has llenado bien - le sonreí - creo que hacía mucho que no follabamos así.
Después de dejar todo limpio salimos y nos dimos una ducha rápida, cargada de miradas y roces.
Nos vestimos y fuimos directos al restaurante.

HOLA A TODOS!
Perdón por esta ausencia. No diré que no he tenido tiempo, porque sería mentir, pero he estado liado con otras cosas. Pero he vuelto con ganas de volver a escribir y con alguna que otra vivencia para plasmar aquí.
Espero que os haya gustado y no dudéis en dejarme vuestros comentarios.

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