La sexualidad en estado puro había cobrado vida en el cuerpo de un chico de 17 años. Si a unos ojos azul oscuro, un pelo rubio castaño, una tez bronceada y un cuerpo atlético gracias al rugby le añadías una personalidad atrayente, una chulería natural, facilidad para caer bien a la gente y una sonrisa deslumbrante le obtenías a él: Alex.
Me había fijado en el nada más llegar al instituto; yo era el chico nuevo, el típico chico callado y guapo que no se comía ni un rosco porque no quería. Mis amigos del otro instituto me lo decían: "Dani, si quisieras podrías tener a cualquier tía en el bolsillo". Pero yo no quería a ninguna tía en el bolsillo, más bien era de los que prefería tener una polla hasta el fondo de la garganta o una llenándome el culo, y sí se podía las dos pues mejor todavía.
La primera vez que hablé con él fue en clase de historia, era el primer día y el profesor nos envió un trabajo por parejas y me tocó con él.
+ Hola, ¿tú eres el nuevo verdad? Me llamo Alex.
- ¡Buenas, yo Dani, encantado!
+ Bueno, ¿qué te está pareciendo el instituto? Supongo que es bastante diferente a donde vivías antes.
- La verdad es que sí es muy diferente pero todo es acostumbrarse, supongo..
+ ¡Que sí hombre, ya verás! Poco a poco. Lo primero es sobrevivir a este trabajo. Este hijo de puta va a saco y va a muerte a la hora de corregir así que espero que a ti se te de mejor la historia porque yo...
- Entonces vamos apañados, yo soy más de números.
+ Pues sí, vamos bien.. A ver que te parece esto: podemos quedar hoy en mi casa después de salir de clase y avanzamos porque en nada empieza la temporada de rugby y necesito todo el tiempo libre posible.
- ¡Claro! Por mi estupendo.
+ Bien, al salir vamos con mi coche y luego te acompaño a casa pues.
A esto el profesor nos mandó a callar ya que la clase había empezado.
No me lo podía creer, el primer día de clase, el primer día que hablaba con él y ya me había invitado a su casa. ¡Increíble! No veía la hora de que llegara el fin de las clases; seguramente sería heterosexual pero eso no quería decir que no me pudiese dar el gusto observándole y estando cerca de el, ¿y quien sabe? quizá resultaba ser un chico curioso.
Por fin llegó la hora de salir y ahí estaba yo: esperando en la entrada del instituto a que saliera Alex.
Cuando llevaba apenas unos minutos esperando alguien se apoyó en mi hombro, al girarme vi que era él:
+ Bueno novato, ¿estás listo?
- ¿Para pasar una tarde haciendo un trabajo de historia? ¡No veo el momento de empezar! - Dije con ironía.
+ Jajajajaja, venga, vamos, tengo ganas de llegar a casa y darme una ducha.
- ¿Habéis tenido entreno?
+ ¡Que va! Elegí educación física como optativa, me da más opciones a conseguir la beca de deporte para la universidad. Normalmente me ducho aquí pero no quería hacerte esperar.
- No te hubieses molestado hombre, no me hubiese pasado nada por espera un poco.
+ ¡Shh! Hoy eres mi invitado. Venga, vamos al coche, mi casa no está lejos.
Condujo durante unos veinte minutos hasta entrar a una zona de casas grandes y caras con unos grandes jardines y cuanto más nos adentrábamos en la urbanización más grandes eran. Al final aparcó delante de una casa de estilo colonial de dos pisos, brutal.

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Relatos gays
RomanceNueva recopilación de relatos, disfrutad de ellos, puntuadme y escribidme vuestras opiniones. #1 de 429 en la categoría Queer (13-2-21) #2 de 9,36k en la categoría Relatos (12-4-21) #1 de 28 en la categoría Erotico gay (13-4-21)