CAPÍTULO 6.

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Todavía no distinguía que me había agarrado del tobillo, pero yo no paraba de gritar cómo si eso hiciera algo

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Todavía no distinguía que me había agarrado del tobillo, pero yo no paraba de gritar cómo si eso hiciera algo. Veía todo negro. Estaba muy asustada. No quería que me devorarán. A unos cuántos metros, se escuchaban las voces de mis tres amigos.

— ¡dame la mano!

Bruscamente salí de la oscuridad y volví al mismo lugar de antes. Me aventó hacia el agujero. Pegué un grito. De reflejo observé los pies de Chowder, así que me agarré de ellos.

— ¡Zara! — me gritó DJ, pero a este lo agarró la alfombra y lo tiró en dónde estábamos los dos.

Él se agarró de mis pies como yo hice anteriormente con el rubio. Jenny corrió hacia la úvula y se colgó de ella. La casa estaba furiosa. La pelirroja se resbalo y cayó en los pies de DJ. Miré para abajo, el agua se aproximaba.

— ¡DJ!
— ¡Zara!
— ¡Chowder!

Cada uno gritaba los nombres antes de que el agua nos alcanzara. Respiré hondo y dejé que el agua nos llevase. La puerta se abrió y nos expulsó a la calle. Aterrizamos en el pasto de la casa. Tosí un poco y me senté.

— Zara, ¿te encuentras bien? — me preguntó DJ a unos metros de mí. Asentí.

— ¡que asco!
— creo que no le gustamos.

— la úvula es la salida de emergencia natural.

DJ me ayudó a levantarme, nos miramos y sonreímos.

— ¡así que... — Chowder se acercó a nosotros, más específicamente a DJ —... fue otra gran idea, DJ! ¡Brillante!

— ¿qué quieres de mí, Chowder? — el castaño lo enfrentó. Rodeé los ojos por la pelea estúpida que estaban teniendo esos dos — No veo que tú propongas una brillante idea.

— ¿ah, sí? ¿Sí? ¿Quieres escuchar mi brillante idea? ¡Me voy a casa, hacerme un gran sándwich de gelatina! ¡Adiós! — el rubio se dirigía a la calle, pero fue detenido por el castaño.

— ¿¡la casa aún sigue viva y te comportas como gallina!?

— ¡arriesgue mi vida por ti! ¡Robe drogas por ti y casi muero allá adentro!

— ¡y yo!

— ¡sí, pero tú fuiste quién mató a Nebbercracker en primer lugar!

Me aproximé a los dos.

— ¡recuperando tu estúpido balón!

Agarré a DJ del brazo para que se separarán y no llegue a mayores, lo cuál dudo, pero por si las dudas.

— ¡chicos, basta de pelear! — frenó también Jenny — ¡Están actuando cómo bebés!

— ¡somos bebés! ¿En qué pensábamos? Intentamos dormir una casa con medicina. Que plan tan tonto — DJ me soltó la mano mientras se iba.

𝗠𝗢𝗡𝗦𝗧𝗘𝗥 𝗛𝗢𝗨𝗦𝗘 ❙ DJ Walters.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora