two

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extra: caramelos

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Valentín estaba caliente, muy caliente.

Tenía todo el cuerpo cubierto de transpiración, pero en realidad se estaba muriendo de frío. Se encontraba acurrucado en la cama con un sin fin de mantas sobre él tratando de dejar el frío atrás, pero no había caso. Le latía la cabeza y tenía todo el cuerpo pesado.

Lo único que quería era dormir y despertarse recuperado, si lo hacía con sus alfas sería mejor, pero tampoco se iba a poner quisquilloso. Probablemente le tendría que haber hecho caso a Alejo cuando le había dicho que si se quedaba jugando bajo la lluvia iba a terminar enfermo, pero se estaba divirtiendo tanto que no le dio mucha importancia.

El día anterior habían jugado un partido entre todos y la estaban pasando muy bien, pero el clima no quiso acompañar su estado de ánimo y después de 30 minutos de jugar bajo el cielo nublado las gotas comenzaron a caer. La lluvia no tardó en aumentar su intensidad y varios de los chicos decidieron irse, pero Valen estaba lleno de energía y quería seguir jugando, y viendo que Luka se encontraba en el mismo estado que él decidieron seguir jugando, esta vez solo haciéndose pases.

Alejo se apoyó en el marco de la puerta con los brazos cruzados y una sonrisa mientras miraba a los dos chicos que jugaban bajo la lluvia, sabía que ambos se estaban divirtiendo, pero también sabía que si se quedaban mucho más tiempo bajo el agua fría probablemente terminarían con un resfriado.

— Chicos— alzó la voz para que ambos pudieran escucharlo—, está empezando a llover fuerte, es mejor que entren o se van a enfermar.

— Solo un ratito más, Ale. — Gritó el colorado que tenía el pelo goteando, con una sonrisa emocionada— Porfa.

Veliz miró como Luka asentía en acuerdo.

— Bueno, pero después no vengas cuando estés enfermo, eh. — Lo miró con una ceja alzada mientras el omega soltaba una risa. Todos sabían que era una broma, si su omega se llegaba a enfermar no pensaba estar un segundo lejos de él.

Ese ratito terminaron siendo más de 20 minutos, y es que una vez entrados en calor no les importo mucho en frío que comenzó a hacer, pero cuando dejaron de jugar y se adentraron nuevamente en el edificio, la lluvia le empezó a pasar factura. Por lo menos al pelirrojo, que ahora se encontraba medio temblando, envuelto en una manta sentado sobre las piernas de Alejo mientras que entre las manos tenía una taza humeante de té y el alfa se dedicada a secarle el pelo con una toalla.

Una vez que extrajo toda la humedad que pudo, dejó la tela sobre el brazo del sillón y acurruco más al omega contra sí, asegurándose de que estuviera bien tapado, a la vez que recibía un mate por parte de Juan. Otros de los chicos fueron llegando a la sala y sentándose en ronda para jugar una partida de truco.

Barco se fue adormeciendo con el calor del alfa y el barullo bajo de los demás presentes en la habitación y el jugador de central tuvo que encargarse de sostener su taza, que casi termina deslizándose de sus manos cuando finalmente se quedó dormido.

Después de terminar la partida de truco, el alfa se encargó de llevar al omega a su habitación, lo apoyó suavemente dentro del nido y lo arropó con varias mantas para que se mantuviera caliente. Antes de irse se acercó para dejarle un beso en la frente mientras que le deseaba buenas noches.

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Y ahora, Valentín sentía se re le iba a explotar la cabeza.

[ nido ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora