•Pololos• [C.H] [ChiArg]

[Día 9]

•[Saliendo con amigos]•

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Chile tenía que hacer lo mejor que pudiera si quería lograr que su equipo ganara.

En ese momento, se encontraban en el territorio de Uruguay. Él y todos sus amigos estaban jugando un partido en una cancha de fútbol privada que habían alquilado. Era simplemente otra ocasión para pasar el rato. No era un día especial, pero les venía bien liberarse de todas las responsabilidades al menos unos días, especialmente porque no pasaban mucho tiempo juntos.

Actualmente, estaban en medio de un partido, divididos en dos equipos de cinco, mientras uno hacía de árbitro. Por un lado, estaban Chile, Brasil, Paraguay y Venezuela en el campo, con Colombia en la portería. Por el otro lado estaban Argentina, Uruguay, Perú y Bolivia, mientras que México estaba en su portería. Ecuador estaba como árbitro.

Chile notó que los equipos estaban bastante bien balanceados entre sí. La forma en que elegían a los equipos era mediante una caja de papelitos con sus nombres, y el que sobraba al final quedaba como árbitro.

Bueno, lo de la caja de papelitos lo hacían con todos, excepto con dos: Brasil y Argentina. Ellos dos no participaban del sorteo al azar, ya que todos creían que debían quedar obligatoriamente en equipos opuestos. Ambos, para su diversión, se vieron obligados a estar de acuerdo con eso, porque si quedaban en el mismo equipo sería un desequilibrio de poder gigantesco para el otro equipo, por lo que este trato hacia las cosas un poco más justas.

La vez que habían decidido ignorar está regla y quedaron juntos en el mismo equipo fue una completa humillación. El resultado fue un desastroso 24-3 del que nadie quería volver a hablar, ni siquiera los que habían quedado en el equipo ganador.

Chile ahora mismo estaba dando todo lo que tenía. El marcador por ahora estaba en un 2-1 a su favor y no faltaba mucho para que terminara el partido. Él no estaba haciendo mucho, pero sí lo suficiente. Una de sus prioridades era evitar que la pelota llegara a Uruguay o a Argentina, por lo que estaba interceptando los pases dirigidos hacia los dos rioplatenses y luego pasándoselos a Brasil.

Lo estaba haciendo bastante bien, y eso que no estaba acostumbrado a jugar mucho. Lo hacía, claro, pero no de una forma tan perfeccionada o apasionada cómo lo hacían Brasil y Argentina.

Él junto a Brasil se mantuvieron cerca de su arco para actuar de defensores. En frente pudo ver a Paraguay y a Venezuela en el campo contrario, buscando robar la pelota. Paraguay corrió y alcanzó a Perú, le robó la pelota y empezó a avanzar. Cómo Bolivia se acercó y comenzó a marcarlo, Paraguay se la tuvo que pasar a Venezuela. Estaban acercándose de forma sólida al arco contrario, pero no pudieron patear hacia el cuándo un destello celeste apareció ante ellos, interceptando a Venezuela y quitándole la pelota fácilmente. Este fue Argentina, quién corrió como una bala, esquivando a Paraguay en el proceso y dirigiéndose hacia la cancha y arco de su oponente.

Paraguay y Venezuela se quedaron en blanco, incapaces de perseguir y seguirle el ritmo al argentino. Si el equipo de Chile dejaba que Argentina se acercara a su arco lo suficiente, sería un gol seguro. Chile vio como Brasil se dirigía hacia Argentina, listo para frenarlo de cualquier forma que pudiera. Brasil tenía un tipo de juego agresivo, metiendo presión y atacando de forma directa para causar que el oponente cometa errores y pierda la pelota. Su estilo de juego, sumado a qué él era alto y grande, le daban una buena ventaja sobre los demás, que no eran capaces de pasar a través de él.

Lamentablemente, en la mayoría de casos esa ventaja no le servía contra Argentina. Si había algo que caracterizaba al juego de Argentina era la velocidad y la agilidad. Su control de la pelota era impresionante, pudiendo regatear y esquivar a sus oponentes en carrera, sabiendo como dejarse el camino totalmente libre.