Capitulo dos: Hacer dinero

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Cuando el sol salió la nieve ya había dejado de caer, el sonido de la nieve siendo retirada y la calle alborotada la despertó de su pequeño período de sueño.

Después de ver por la ventana salió del hotel con una bolsa de serpiente grande llena de cosas.

Abajo el turno había cambiado y ninguna la reconoció.

Feliz salió del hotel y llegó al mercado, dejo la bolsa en el suelo y saco los productos acomodandolos encima de la bolsa.

Mientras esperaba, mirar alrededor era obligación, los edificios antiguos de piedra madera la asombraron, después de todo eran diferentes a los de su tiempo, la arquitectura era exquisita para los ricos y las decoraciones de jade podian verse en dos o tres tiendas que parecía tener mucho valor.

No mucho después de su observación alguien se acercó, "Niña cuánto está este arroz", la mujer que buscaba arroz para su nieto llevaba horas buscando y cuando vio este arroz más blanco de lo normal se emociono.

Hay que decir que ella agredece mucho que haya caído en esta novela junto a un espacio, es como si el mundo hubiera recolectado todos los males de su vida pasado y haya decidido pagarlos en esta vida.

Pensando así es mejor.

"No mucho, esto por gato" levantó sus dedos y la mujer satisfecha se llevó tres gatos de arroz, "Buena noches tu arroz se ve muy blanco y tierno, vale la pane"

Las horas pasaban con rapidez mientras la gente que siempre seguía la novedad llegó al puesto comprando hasta que quedó vacío.

"Oh por qué se acabó"

"No sabes, ella no trae mucho y esos astutos simplemente agarraban y pagaban para después correr"

"Si, si, parecía que en cualquier momento alguien se lo quitaría"

El clima frío soplo viento y todos se estremecieron, con pocas palabras y un saludo de mano todos se fueron para terminar su compras.

"Pequeñe niña, dile al abuelo cuando volverás"

Yi'er subió la mirada y sonrió, en realidad si decía que tenía catorce se le considera una niña grande apunto de entrar a la edad para casarse pero con su cuerpo flaco y corto nadie le creería que tiene más de diez.

"Abuelo en realidad me a comprado mucho, se lo diré, mire últimamente mi familia a recolectado muchas cosas y quiere vender así que estaré aquí toda esta semana de día y de noche así que si quier más vuelva después."

"¿Enserio? Me lo tomaré enserio pequeña niña y este abuelo vendrá en un rato"

Con un despido ella volvió al hotel, mirando las monedas de cobre y plata sus ojos adquieren un brillo especial y cómodo.

No digas que acepto rápido el hecho de reencarnar, en realidad ella siempre siente que es real y que en cualquier momento volverá, pero el frío que la quemaba y las monedas en sus manos le decían que era verdad.

¿A quien no le gusta ser rica?

Pensando en eso el recuerdo de su estado le llegó de golpe y el original bollo que se iba a comer se convirtió en tres bollos.

"Siempre siento que desde que adquirí el espacio mi cuerpo es más resistente", murmuró en su corazón con la meta de rellenar su cuerpo de huesos con carne.

Y así el día paso y los días pasaron cumpliendo la semana.

Entre la gente había una persona con un sombrero que es escondia su rostro con una tela de seda negra, su cuerpo estaba cubierto por varias capas de tele debido al frío pero no se podía evitar mirar sus líneas manos blancas de jade y su porte firme.

Mientras Hang Yixi pensaba en que hacer tomo la carreta de bueyes del señor Wang y pago con dos de plata.

"Pequeña Yi'er, en el pueblo vecino ya llegaron los de la familia y se piensa que llegarán una hora más tarde que nosotros"

No dijo nada simplemente sonrió pensando en las bolsas de oro que tenía en su espacio, si su hermosa familia supiera de eso se llenaría de abejas dónde ella es la flor.

La diferencia es que las abejas son más bonitas y sobretodo útiles.

Con el sonido del 'pang' de la carreta un 'tung' rompió en el cielo, levantando su rostro pudo ver cómo el cielo se llamaba de sombras amarillas y gotas ligeras de lluvia.

"Oh no tío Wang apresurece"

El sonido rompió el silencio y todos se unieron para que tío Wang fuera más rápido, una lluvia se considera buena para los cultivos pero si no eres alguien fuerte y capacitado no puedes salir baja la lluvia.

La muerte es lo mínimo, el calor de la fiebre puede volverte un tonto.

Cuando todos sentían frío y miedo ella solo cerró los ojos calmada esperando llegar rápido y conocer a esos esposos suyos.

Ya lo había pensado, si la trataban bien se quedaría con ellos e intentaría ser feliz, si la trataban mal simplemente recogería su hoja de existencia y se iría como el viento a vivir una buena vida.

El tiempo estaba a su favor y después de un par de minutos los rayos se calmaron y dejaron ver un cielo nublado y limpio.

"Oh mi, el cielo cambia de parecer tan rápido"

Concentrada en sus pensamientos el tío tuvo que llamarla varias veces para decirle que habían llegado.

"Niña de la familia Hang, sea feliz allí con sus esposos y si no venga con su familia"

"Gracias tío Wang", ella agradeció más no acepto, si ella venía agraviada su familia la matará a golpes para que se fuera.

"Escuchaste, la familia Ji está aquí para recoger a su nuera"

"No sé que trucos utilizo esa mujer para que los hermanos se casarán con ella"

"Ellos son tan hermoso que me sorprende que la aceptarán"

"Piensen más, la familia Ji ahora es pobre que solo se puede aceptar una nuera huesuda y fea como la hija menor de la familia Hang"

Repasando los pro y los contras decidió dejar pasar esas voces.

Después de pasada la puerta no tuvo que caminar mucho antes de llegar a su cabaña, ya adentro de cambio de ropa a la que tenía cuando la dejaron aquí.

Quizás sea por el espacio pero su cuerpo pronto fue nutrido y se moldeo como el de las modelos de revistas extranjeras que leía en su vida anterior.

Aburrida espero un tiempo, se desató su cabello para verse descuidado se acurrucó consigo misma para que el cambio de su cuerpo no se notara.

"Están aquí, alistala"

"Solo dale la ropa"

Con las voces la puerta fue abierta y una niña que reconocía como su prima menor entro.

"Oh Yi'er, hoy es el gran día, cámbiate"

Después de tirar el traje se fue sin más y no me quedo de otra que aceptar el feo traje que al menos la tapaba, el velo rojo era largo y se veía descuidado, seguro solo compraron uno al azar sin siquiera medirlo por qué fácilmente podría cubrirla cuando estaba sentada.

Con suspiros se terminó de alistar justo cuando un alboroto se escuchará fuera de su casa.

Con 'pung' su corazón latino con rapidez y nervios, sus blancas mejillas se colorearon pensando que de ahora en adelante tendría esposo.

Oh, no uno si no cinco.


















En el siguiente capítulo dos de los esposos llegaron, ¿Cómo serán?

Próximo capítulo: Capitulo 3: Es diferente

Mimada por mis espososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora