Nuestra HIstoria

Emociones y Sentimientos

Ranma

Subo a toda prisa las escaleras de la biblioteca intentando esquivar a todas las personas que se encuentran en mi camino, no puedo perder ni un solo segundo, entro corriendo y me dirijo directamente hacia el fondo, donde se encuentran los cubículos reservados, busco rápidamente el que sé que ella ha reservado, saco de mi mochila la pequeña nota con su nombre y encima dejo la pequeña píldora con el mensaje para el día de hoy, luego me dirijo hacia mi propio cubículo para esperar a que ella llegue.

"Ranma, olvidaste firmar la bitácora de entrada" – la encargada coloca el libro frente a mí para que lo firme

"Perdón, es que tenía prisa" – le sonrío nervioso mientras firmo rápidamente el libro sin dejar de mirar hacia la entrada de la sala

"No te preocupes galán, atrasó la reserva media hora" – dice con una sonrisa de complicidad

"¿Pero si vendrá?" – miro preocupado hacia el cubículo, no me gustaría que nadie más encontrara la nota que dejé

"Sí, solo se retrasó un poco" – estoy a punto de ir por mi nota cuando ella coloca su mano en mi hombro y niega con la cabeza – "no te desesperes, me aseguré de que nadie pueda usar ese cubículo, tu nota estará a salvo"

"Muchas gracias" – le agradezco aliviado

"Todavía no entiendo por qué sigues dejándole mensajes de forma anónima, eres un chico guapo y simpático, ¿por qué no te acercas y te presentas formalmente?" – toma una silla y se sienta a mi lado

"Si te soy sincero, ni yo mismo puedo explicarlo" – me rasco la cabeza incómodo – "Todo comenzó hace unos meses..."

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Lentamente me voy abriendo paso en los vagones del metro hasta encontrar un espacio, me coloco de pie junto a las puertas, saco mis audífonos y comienzo a buscar mi playlist favorita, alzo mi vista y es cuando la veo a ella, la chica con el rostro más hermoso que he visto, siento como todo a mi alrededor se desaparece y solo existimos ella y yo, veo cada uno de sus movimientos en cámara lenta, mi corazón se detiene por un instante y siento como mi rostro se colorea instantáneamente.

No puedo apartar mi vista de ella, me siento totalmente hipnotizado, ni siquiera la expresión de extrema melancolía pueden opacar su belleza, intento reconocer su uniforme, pero no puedo identificar a que escuela pertenece, supongo que no es de ninguna de mi ciudad.

La veo mirar por la ventana y tocarse las puntas de su corto cabello con insistencia, su profundos ojos están clavados en un punto invisible, se ve tan frágil y delicada, con un aura de tristeza tan palpable que siento como mi corazón se estruja de dolor, llevo mi mano hacia el pecho y me pregunto ¿qué pudo haberle sucedido para que esté así?

Una solitaria lágrima se resbala por su mejilla y ella se la limpia bruscamente con un gesto de frustración, sea lo que sea por lo que está pasando se ve que no es fácil para ella, me debato unos instantes entre si debo o no acercarme a ella, cuando por fin me decido en ir a presentarme, el metro se detiene y un tropel de personas se arremolinan en las puertas para salir, armando una especie de barrera que me impide llegar hasta ella.

Cuando el metro vuelve a ponerse en movimiento, volteo y solo me encuentro con un asiento vacío, mi chica triste se ha ido, miro por la ventana para intentar localizarla, pero es imposible, no hay ni un solo rastro de ella y solo me queda un extraño sentimiento de vacío en mi interior, como si hubiera perdido algo muy valioso.

Cierro mis ojos y lanzo una silenciosa plegaria al cielo, sea lo que sea por lo que esté pasando, deseo de todo corazón que lo supere pronto.