5. ¿Una... Amenaza?

12 3 0
                                    

H. Un pequeño grupo de cinco personas, hombres y mujeres en el, estando detrás de la chica que tomaba agua. A la pelinegra pudo importarle menos que la estuvieran esperando, por lo que, al terminar de beber, tomó el camino de regreso al aula.

― Te dije que iba a ser imposible que hablemos con ella ―Susurraba una de ellos, pero al parecer la que habló principalmente tenía la forma de hacer que se quedara, porque jura que la alterara hablar del chico.

― Kazuo-san es demasiado amable con todos, incluso con los que no debería ―Al momento de la chica escuchar el nombre, giró su rostro hacia ellos con aquella mirada afilada que la hizo conocida rápidamente en la preparatoria en la que se encontraban «Lo sabía, le importa» ― Justamente, así es con todas las personas, por si creías que solo era contigo, es mejor aclarar probables malentendidos que puedas estar teniendo.

― ¿Hm? ¿Quién ha malentendido las cosas aquí? ―Habló finalmente junto a un suspiro de clara molestia, era claro que no le gustaba en lo absoluto que la intenten molestar, estando a cierta distancia de ellos se veía impaciente― Estoy dudando de las intenciones que tienen al hablarme, sean más claros con lo que quieren decir.

― Kazuo-san es demasiado bueno para este lugar, no, para el mundo, su forma de ser ilumina donde sea que vaya, así que siempre hace brillar a los demás a su alrededor, te incluye.

Su rostro lo decía todo al ver cómo la que hablaba describía al chico como si fuera la octava maravilla del mundo, estaba en desacuerdo «¿De verdad estamos hablando del mismo? Desde que lo conozco solo sabe bromear y hablar sin parar, le tiran demasiadas flores» casi sin creer que de verdad había gente que lo tenía en alta estima, simplemente liberó una bocanada de aire, negando con su cabeza.

― Sigo sin entender su punto, ¿Qué esperan que diga?

― ¡Aléjate de él! ―Gritó siendo finalmente clara con sus intenciones― Toda la clase no soporta ver como siempre está contigo, es casi como si lo hubieras embrujado― Una voz estaba escuchándose por sobre la de esa chica frente a ella "Bruja, no la toquen, los envenenará, aléjense de ella" Como si las palabras se hubieran silenciado para escuchar otras, comenzó a escuchar todo como si retumbara en sus oídos "Helena, eres como una atrocidad, nadie te quiere cerca, así que quédate a metros". ― Solo no te le acerques, y todos estaremos en- ―Se quedó en silencio al ver que el semblante de la chica cambió por completo, se veía... Asustada.

― ¿Qué le pasa? Se quedó... quieta, me está asustando ― Para las personas frente a ella, la escena era demasiado extraña, simplemente comenzando a rascar sus brazos de una manera brusca con una respiración anormal y viendo a un punto fijo a la nada, se miraban entre ellos sin entender mucho lo que le ocurrió.

La vista nublada y una presión en el pecho era la mejor manera de describir lo que estaba sintiendo, ¿esto es a lo que se le llaman flashbacks? Su mente estaba nublándose, aquella fuerza que demostraba frente a ellos se estaba desmoronando, pero una campana anunciando el final del receso fue la salvación. Corrió lo que pudo, ignorando los gritos de los chicos detrás de ella, pero no en dirección del aula, si no a las afueras de la preparatoria, no podía ir así, ni siquiera podía organizar sus pensamientos, su cuerpo solo tenía un objetivo, llegar a casa y encerrarse en su habitación.

«No, no embruje a nadie, no soy ninguna atrocidad, déjenme en paz, dejen de decir esas cosas» Su cabeza estaba siendo un caos, su rostro no lo ocultaba y mucho menos los arañazos que se estaban formando en sus brazos, al estar en el metro asustaba a los pasajeros, los cuales evitaron acercarse demasiado a ella.

N. El grupo de personas que fueron a confrontarla estaban confundidos, aunque sin más remedio, fueron a clases como normalmente, de todas formas, se logró lo que querían, ¿no? Seguramente no se acercará al chico de nuevo. Pero en el camino al aula, algunos dudaban por su reacción, al principio no parecía asustada por ellos, y tampoco al momento de actuar así.

Corazones MasacradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora