| Lovely scent | Bonten | +18 (Hibridos) (Terminada)

Veinticuatro

La inclusión de Mitsuya a la relación no fue para nada una sorpresa, mis parejas sabían que tocaría alguien pronto, según ellos lo intuían, y de los que quedaban, Mitsuya era con el que más contacto había tenido durante toda mi vida aparte de mis parejas, así que supuestamente, según las palabras de Mikey, había sido muy predecible

Takashi, al contrario que Shinichiro, se adaptó mucho más rápido, quizá porque no estaba ese tabú que lo inhibe como había pasado con el azabache

Habían pasado casi dos meses desde que Mitsuya se había unido a la relación y las cosas iban perfectas, no solo mi estrés había disminuido, tenía un gran control de mis hormonas y mis pequeños creían a una velocidad increíble, solo faltaban unas semanas antes de que los cuatro cumplieran su primer año de vida y estaba muy entusiasmada organizándolo todo

Aún no había tenido intimidad con Mitsuya, no me había parecido correcto hacerlo tan pronto, pero como había sucedido con Shinichiro, estábamos tomándonos todo con calma, el hibrido de conejo era muy tranquilo, relajado y romántico, solía regalarme flores o ropa hecha por él, era muy lindo y me hacía sentir muy apreciada y querida, algo que había estado necesitando, y no porque mis parejas no me hicieran sentir así, sino que mis miedos e inseguridades iban en aumento con el paso del tiempo

Takashi me había marcado al poco tiempo de comenzar nuestra relación, le había dicho que se tomara su tiempo para adaptarse pero él había asegurado que no necesitaba tiempo para saber que yo era su pareja y la mujer con la que quería pasar el resto de su vida, así que un mes después de que se uniera a la relación, me había mordido en la parte trasera de mi cuello, casi por mi nuca, sellando así nuestra unión y nuestro futuro juntos

Estar a cargo de cuatro niños muy dependientes de mí no era para nada fácil, amaban a sus padres y ellos me ayudaban a cuidarlos, pero en cuanto me alejaba de ellos por dos segundos, enseguida comenzaban a hacer berrinche hasta que volvía, por lo cual se pasaban todo el santo día pegados a mí, y aunque los amaba, quería tiempo para mí, quería entrenarme, hacer ejercicio y volver a ser yo

Mi cuerpo no había vuelto a ser lo mismo y eso me tenía muy triste, mis niños no lo sabían ni lo notaba, cuando estaba con ellos solo sonreía, los cuidaba y jugaba, ellos no tenían del todo la culpa de lo que me estaba pasando, pero aunque quería fingir que todo estaba bien, no era así, y mis parejas, las siete, se dieron cuenta enseguida de ello, por lo que intentaban alegrarme y distraerme constantemente

Había comenzado a organizar la fiesta de cumpleaños de los niños con varias semanas de antelación para distraerme aun cuando estaba cuidando de ellos, lo hacía en los pequeños momentos libres que tenía, como cuando dormían su siesta o alguno de sus padres jugaba con ellos, esos momentos eran los únicos que tenía para mí, y no eran realmente para mí, así que me deprimía un poco

Por suerte contaba con siete magníficos hombres dispuestos a todo para hacerme sentir bien y aunque tenía dudas y me sentía muy insegura, ellos constantemente me repetían cuanto me amaban y lo hermosa que era y siempre seria ante sus ojos

Ver a Kyoko, la hibrida de oveja, merodeando y coqueteando con todos me estresaba mucho, las cosas no mejoraban con el paso del tiempo, mis parejas la paraban constantemente y ella seguía buscándolos, no sabía cuál era su intención, ninguna hibrida se metería con la pareja de otra, es una regla básica, pero parecía no importarle a ella en lo más mínimo

Sakurako me contó que había muchas hibridas así en el pasado, antes de que nos comenzaran a cazar e incluso antes de que se rigiera esa ley que había entre nosotros de no matarnos, en el pasado, las personas y los híbridos se odiaban como ahora, pero vivían en paz, habían conflictos, pero se solucionaban rápido para mantener la calma entre las dos razas, los híbridos se encargaban de controlar a los suyos y los humanos a los humanos, claro que cuando comenzó la caza de los híbridos todo cambió