| Lovely scent | Bonten | +18 (Hibridos) (Terminada)

Veinticinco

La inclusión de Wakasa tan pronta alteró un poco a mis parejas, eso sí que no se lo esperaban, y aunque sabían que tarde o temprano se uniría a la relación, fueron bastantes groseros con él, incluso lo habían amenazado entre los Haitani, Mikey e Izana, Sanzu era el más tranquilo de todos, él se concentraba más en mí y en los niños que en estresarse por las nuevas parejas, cuando le había preguntado porque estaba tan tranquilo, él solo me había mirado durante unos segundos antes de dedicarme una enorme sonrisa antes de decirme "Confío en ti, sé que aunque unas a otros, no dejaras de amarme, no importa que tan grande se vuelva esta familia, siempre estaremos juntos"

Sus palabras habían llenado mi corazón, sobre todo porque era verdad, no importaba que otros se unieran a la relación o que tuviéramos muchos más hijos, aunque nuestra familia creciera, los amaría a todos por igual y jamás los abandonaría

No había pasado mucho tiempo desde entonces, solo unas semanas y aunque había un poco de tensión en el ambiente, las cosas iban bastante bien, Bonten estaba pasando un buen momento, había varias hibridas que se habían quedado embarazadas de sus parejas y estaban esperando a sus cachorros con mucha emoción

Kyoko seguía siendo un problema, había tenido una pelea bastante fuerte hacia unos días al verla coquetear con Izana, y si no hubiera sido por Mikey que me detuvo justo a tiempo, la hubiera incluso matado

Ese evento se había comentado mucho, las hibridas se habían puesto de mi lado, algunos de los hombres también, pero en si no se animaban a decirme nada, sabían que si lo hacían Mikey e Izana se encargarían de ellos, así que solo eran pequeños murmullos

Gracias a que mis parejas me ayudaban mucho con los niños, pude comenzar a entrenar a diario con Wakasa, quien se aseguraba que no me esforzara de más para que no me lastimara al hacer mis ejercicios

Mi cuerpo no había cambiado mucho desde que había vuelto a ejercitarme, pero me sentía mucho mejor anímicamente y también físicamente, quizá era porque por fin luego de casi un año, estaba dedicándome tiempo a mí misma nuevamente, algo a lo cual había renunciado al tener a los niños

Los últimos días todas mis parejas se habían estado ocupando de mí, me habían llevado a varias citas, a recorrer las calles en plena noche y también me habían llevado a cenar a lugares increíbles, jamás sabía lo que me esperaba, pero terminaba siendo algo completamente increíble

Mis niños estaban a solo semanas de cumplir su primer año y el caos había comenzado en cuanto tres de ellos, los tres niños, habían aprendido a caminar, teníamos que estar más pendientes a ellos que de costumbre, porque apenas y sabían mantenerse en pie, por lo cual al comienzo daban dos pasos y caían al suelo golpeándose si no había nadie cerca, Izuko por otro lado aun no caminaba, ella amaba estar en brazos de sus padres y la consentían demasiado, porque a diferencia de mí, que a pesar que Ryu siempre estaba en mis brazos pero lo había incitado a caminar como lo hacían sus hermanos, la niña era la más mimada de sus padres, si ella estiraba sus brazos para que la cargara, enseguida todos estaban peleando por tomarla en brazos, pero eso no significaba que la pequeña fuera menos inteligente, al contrario, de los cuatro, estaba segura que era la más lista de todos

Izuko a diferencia de sus hermanos ya hablaba, no con oraciones completas, pero se hacía entender muy bien y si no lo lograba, siempre terminaba haciendo alguna seña que terminaba de hacerte entender lo que estaba diciendo, y más te valía entenderle o comenzaría a darle una rabieta, porque aún es un bebé, y esa es su manera de demostrar su enojo y frustración

Los mellizos terminaron siendo realmente los más tranquilos de todos, Haku era el mayor y aunque solo era un bebé, el instinto protector hacia sus hermanos estaba presente, cuando solíamos darle algún dulce y primero se lo dábamos a él, siempre se lo daba a sus hermanos, también si alguno de ellos se lastimaba o lloraba por algo, enseguida él gritaba para llamar la atención y que socorriéramos rápidamente a sus hermanos, Hiro por su parte era el más cariñoso de todos ellos, siempre estaba abrazando a sus hermano y queriendo jugar con ellos y con sus padres, amaba los abrazos y besos, era un pequeño encantador y precioso