Sustos Por Placer.

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Cuando parecía que ya que no había más amenazas, el grupo se dispuso entonces a continuar con su camino. Con Balto, que por supuesto, obviamente seguía sin querer decirles nada de lo que estaba pasando a su familia. Y para este punto, él mismo ya no sabía si es que había decidido callar para no preocuparlos, o si lo había hecho para mantenerse a sí mismos fuera de problemas, teniendo en cuenta que sus preguntas pero más que nada su curiosidad, la de su familia, podrían llegar a ser las que los condenaran a todos.

Hace tan solo unos momentos, Balto, sintió que iba a desmayarse con lo que había visto. Después de aquel suceso, el perro lobo se daría cuenta, de que aquella criatura parecida a una lombriz por su cuerpo, definitivamente no era nada comparado a lo que en cambio su hermano menor, Muk, le acababa de mostrar. Pero no fue el único que pudo verlo, obviamente el resto de los chicos, para ser más exactos, su padre Boris, y su otro hermano oso polar, Luk, también miraron completamente atónitos, aquella cosa que Muk, había sido el primero en ver.

Mientras que con los, otros tres miembros de la familia, es decir, el ganso y los dos osos polares, sus reacciones no pasaron más allá de abrir la boca como nunca, con Balto la cosa fue más que diferente, él por el contrario, más allá de solamente sorprenderse por lo que estaban viendo, pudo sentir en su corazón, como este se aceleraba con toda fuerza y velocidad. Nunca en su vida había visto nada igual, y el simple hecho de haber tenido esta vista frente a él, le hizo temer por lo que aquello que veía en ese momento, se pudiera volver a futuro el protagonista de sus próximas pesadillas.

No creía lo que veía, aunque se supone que había una enorme neblina por causa de la tormenta de nieve, esta no fue impedimento suficiente al parecer, que no sirvió en lo más mínimo para impedir que esta cosa se hiciera notar. Aquel ser, de un aspecto tan sobresaliente, que quizá lo hubiera llegado a ser muchísimo más, de no haber sido por la tan densa y oscura niebla, tanto así, que solo su simple silueta, fue más que suficiente. Y no fue necesario en lo absoluto mostrarse completamente, sino que tan solo su figura a través de la niebla, o más bien, perdida entre esta, bastó para hacer que al menos Balto, se sintiera como el ser más diminuto e inofensivo del mundo. Pues nunca en su vida se había sentido tan impotente y vulnerable.

De los cuatro animales, qué curiosamente, y a pesar del inmenso tamaño de aquella criatura, eran los únicos que se encontraban observando la en ese momento, todos por igual comenzaron a murmurar cosas para sí mismos en voz baja. Queriendo encontrarle una explicación lógica, pero aún sabiendo que era totalmente inútil, y que simple y sencillamente no sería posible encontrársela.. De hecho, muy a pesar, de lo muy improbable, de lo muy imposible, de lo completamente increíble, que esto debería de ser, ahora ya solo lo estaban presenciando con sus propios ojos. No sabían qué podría hacer exactamente, no tenían la más mínima idea, y aunque hicieran el intento, cuando trataran de hacer un sobreesfuerzo, la imaginación simmplemente no les alcanzaría para saber qué era exactamente aquello que se escondía y se movía lentamente entre la niebla, pues su figura, estructura y forma, no se les hacía para nada algo conocido o ya visto, o siquiera familiar. Pero a pesar de estar evidentemente más que lejos de ellos, teniendo en cuenta al menos el lugar desde donde la estaban observando, este ser que simplemente seguía moviéndose muy lento como un caracol, y que se desplazaba de una forma tan lenta y pasiva como una tarántula. Fue eso mismo, tan solo el hecho de ver cómo se movía, o más bien, ver que únicamente se estaba moviendo. Fue más que suficiente, para que el miedo, el pánico, el asombro, pero por sobre todo, el terror, se apoderará completamente del interior de cada uno de ellos.

Hasta ese momento al menos, Balto, ahora sí que había comenzado a dudar, si debía de continuar con el viaje o no, miedo ya estaba presente él desde antes de empezar, y ahora con las pocas cosas que había visto, no había hecho otra cosa más que ir en aumento. El crecimiento de este, solo termino de llegar a un nivel tan alto, tras haber visto a semejante ser de una apariencia verdaderamente titánica. Estaba más que impactado, y eso todavía era decir poco, abrió la boca, pero la voz simplemente no le salía.

¿Qué clase de criatura era esa cosa?, no tenía ni idea, pero fue ahora, justo en ese momento, que Balto, por fin supo, por fin se dio cuenta, de que en realidad, no eran los únicos seres vivos en este planeta. Y con toda seguridad, los seres humanos estaban más que lejos, de ser los seres más poderosos del planeta. Ahora podía verlo perfectamente, solo eran unos parásitos, unos microbios diminutos, muy frágiles, muy débiles, y que sin ningún problema o dificultad alguna, muy fácilmente podrían ser exterminados todos en poco tiempo. No sabía para nada si acaso era el primero, el primer ser vivo normal de la historia en presenciar algo así. Pero de pronto, una ola de pensamientos llegaron rápidamente y azotaron la mente del perro lobo. Haciendo que Balto, se imaginara de entre todas estas ideas, qué habría sido, o cómo sería, si el pueblo, si Nome, si todos en Nome,  pudieran ver lo que él veía. Muy probablemente, de alguna manera que aún no sabría explicar, jamás habrían vuelto a ser los mismo.

Tanto él, como Boris, y como Muk y Luk, seguían ahí, inmóviles, paralizados, incapaces de pronunciar una sola palabra. Y muy probablemente se habrían quedado así, por muchísimo más tiempo, de no haber sido porque al menos Balto, comenzó a escuchar un sonido que rápidamente lo hizo volver en sí. Reaccionó casi de inmediato, una vez que el sonido ya tan familiar, y que cada vez se iba acostumbrando más a escuchar, así es, el sonido de los huesos crujiendo y retorciéndose. Lo sacó del transe en el que había quedado. Pero aún así se mantuvo quieto, no parto la vista de donde estaba, y solo se limitó a escuchar a Long Horse,  comenzar a hablarle justo en el oído.

-Long Horse: Supongo entonces, por fin entiendes de lo que te he hablado.

-Balto: Créeme.... tus palabras, ahora tienen todo el sentido del mundo.

-Long Horse: Te sientes tan insignificante ahora, no deberías hacerlo, aquí cada quien, tiene lo suyo, aquí cada ser es como es. Y claro,  hay algunos que siempre serán mucho más grandes que otros.

Balto no pudo decir nada, únicamente seguía mirando en silencio, y lo mejor era que se mantuviera así, porque tampoco iba a ponerse a hablar aún sabiendo, todavía tenía a su padre y a sus hermanos al lado. Tan solo podía agradecer ahora, que solo él pudiera escucharlo.

-Long Horse: Algo que todos los seres vivos de este planeta deberían saber, es que nunca podrán conocer el mundo en el que viven del todo, siempre hay algo nuevo para saber, y siempre habrá algo nuevo por descubrir. Este mundo en el que vivimos, es totalmente extraño, y cuando ustedes creen, que ya lo conocen todo, cuando Ustedes se creen ya saberlo todo sobre él, el planeta puede sorprenderlos en el último momento. Hay muchos rincones de este lugar, muchos lugares oscuros, muchos abismos, aún están Y seguirán probablemente sin explorarse. Por lo que siempre debe tener en cuenta, que jamás tendrán la certeza de saber, que otros seres existen con nosotros. O qué otros seres, se pueden estar escondiendo por ahí. O incluso quizás como ahora, ni siquiera se toman la molestia de esconderse, sino que somos en realidad nosotros los que simplemente no nos damos cuenta de que están ahí.

Balto escuchó atentamente cada palabra que le oyó decir al caballo largo. Nunca se había puesto a pensar en algo así, jamás se puso a pensar en todo lo que él le dijo, pero ahora que después de haberlo escuchado finalmente lo hacía, fue solo para darse cuenta de que él tenía toda la razón. De hecho, justamente, ahora Balto, estaba teniendo contacto con otros seres, de los que no solo a él, sino muchos más, nunca en su vida habían oído hablar.

Con todo lo que estaba pasando, para Balto, ahora fue totalmente inevitable, no poder evitar ponerse a pensar, en debía de haber seres, tan diversos. Muy probablemente, él no viviría el tiempo suficiente para conocerlos a todos, pero eso no quitaba en lo absoluto. Que entonces, la tierra estaba poblada por tanto, de criaturas verdaderamente de todos los tipos posibles. De todos tamaños, de todos colores, y de todas formas de todas las apariencias posibles.

Ahora había podido verlo con sus propios ojos, y ya de todas las cosas, de entre tantas cosas, únicamente podía esperar, no tener pesadillas a futuro. Porque definitivamente, si algo era seguro, era que al menos después de todo lo visto ese día, no podría dormir para nada. Aquella cosa que estaba viendo ahora, ¿Podría haber algo todavía más grande que eso?, mejor prefería ya ni pensar en ello. Pero tal parece, que su familia por el contrario, ellos sí que lo estaban haciendo ahora, y no debieron hacerlo.

Continuará...

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