🌹 Capítulo 3 🌹

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«¡Debe ser un violador!»

Layla agarró las tijeras que sostenía aún más fuerte.

No importa cuánto lo mire, se ve mucho más fuerte y más musculoso, pero podría ganar si lo sorprende y le apuñala en el cuello.

Layla decidió contar hasta tres para poner en práctica sus pensamientos.

«Uno, dos...»

-Muchas gracias.

Justo antes de que Layla contara hasta tres, el hombre sonrió ampliamente.

Era una sonrisa de bondad, una sonrisa que parecía muy afectuosa, amable y desinteresada.

Gracias a eso, la mano de Layla que sostenía las tijeras se estremeció en lugar de estirarse.

-Gracias a ti, estoy vivo.

El hombre entró con una sonrisa amable.

Luego, como para seguir el ritmo de los pasos del hombre, Layla retrocedió hacia adentro. El hombre la miró con extrañeza y dio otro paso dentro, y ella retrocedió de nuevo.

Como un vals que nunca se toca.

-¡No te acerques! -Layla exclamó nerviosamente.

-Ah...

La frente del hombre frunció el ceño. Al ver eso, la expresión de Layla se endureció visiblemente.

«¿Ese tipo también dirá que apesto? ¿A qué huele eso? Y cuando descubra que este olor proviene de mí, me señalará, acusará y odiará».

Cuando pensó en esas palabras a las que no podía acostumbrarse, incluso si las escuchó tantas veces hasta perforar sus oídos, la fuerza entró en los puños de Layla. Era tanta la fuerza, que los huesos de sus pequeños puños se volvieron blancos.

-No encendiste la luz.

-¿Sí?

Zam: Layla tipo ¿Ahre?

Pero las palabras que salieron del hombre fueron bastante diferentes de lo que había pensado Layla.

Cuando Layla, que estaba desconcertada, hizo una pregunta sin saberlo, sonrió.

Fue una risa relajada. Como si no hubiera nada que pudiera ser un problema y no hubiera nada por lo que sentirse mal. Es como si no pudiera oler nada de Layla.

-¿No está demasiado oscuro?

El nombre del hombre que miró tranquilamente alrededor de la cabaña de Layla era Biost.

Biost Black de Onlion, ese era el nombre del invitado no invitado que visitó a Layla hoy.

Quizás si Layla le hubiera preguntado su nombre, lo habría sabido de inmediato, que él, es el Príncipe Heredero, el único heredero al trono del Imperio Onlion.

Y en realidad no podía oler el hedor de Layla en absoluto, más bien, era el olor de las flores, no el hedor, lo que le molestaba la nariz.

Él fue el que vino aquí persiguiendo el leve olor a flores en el viento, incluso bajo la lluvia que caía como loco afuera.

No, no bastaba con llamarlo 'olor a flores', porque ninguna otra flor ha desprendido jamás una fragancia tan sensual.

Era un olor que parecía acariciar uno a uno, cada uno de los instintos del sueño, como si despertara una locura menguante, como si convirtiera a Biost en una bestia en celo.

Tuvo mala suerte encontrarse con la lluvia repentina en el coto de caza, también fue mala suerte perder al zorro plateado que ignoró la lluvia y escapó, sin embargo, fue su instinto sentir aquel tenue olor, y el destino lo había llevado tan lejos de acuerdo a su intuición, pensó Biost.

"La flor del tlacuache "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora