🌹 Capítulo 15 🌹

13 1 0
                                    


Cuando vio por primera vez la antorcha parpadeante fuera de la ventana, solo pudo pensar que su fin se acercaba. Incluso se calmó pensando que la muerte finalmente le llegaría. Pero la pregunta era si sería mejor quedarse en silencio en la cabaña y esperar a que la sacaran a rastras, o si era mejor salir y que la atraparan. Cualquiera que elija, el resultado sería el mismo.

Layla recordó un libro de imágenes que estaba entre los artículos enviados por el Barón un día. El libro describe cómo discernir a las brujas y cómo matarlas.

Era un libro cuidadosamente seleccionado con una imagen particularmente cruel de la amable Ariadne para su hermana que no sabía escribir.

Entre ellos, el más destacado fue una foto de una bruja atada a un poste largo y quemada hasta morir sobre montones de leña.

-Hará calor.

Zam: Mi bebe!!!! Como pueden!! Y_Y

Layla murmuró, como si fuera asunto de otra persona.

-¿Dolerá?

Era una cosa obvia. Cuando accidentalmente se lastimó un poco el dedo, ya era doloroso, el suplicio de morir quemada era inimaginable, por eso quemaron a las brujas en la hoguera.

Su mayor deseo era morir sin dolor, pero no tenía otra opción. Después de todo, esta vida fue más dolorosa. Además, en lugar de una vida que puede durar mucho tiempo, sería más rápido si ella muriera junto al fuego.

-Uf...

Layla suspiró y miró alrededor de la cabaña. Pensó que era el final perfecto para su miserable y pobre existencia morir en esa cabaña destartalada.

Entonces, de repente, los ojos de Layla vieron el guiso que cocinaba con todo su corazón durante el día.

La caza finalmente no tuvo éxito, Layla no pudo abrir las mandíbulas de la trampa y se quedó en el bosque con una rama en la boca. En cambio, preparó un estofado de ternera con la carne para guisar que había comprado en el mercado el otro día.

Normalmente, si hubiera tanta carne, habría hervido un estofado de ternera con lo suficiente para dejar rastros de carne, pero esta vez fue diferente, ella puso toda la carne que tenía generosamente. No escatimó en patatas ni cebollas.

Aunque no podía servir el bistec, quería servir la comida más sabrosa que pudiera.

-No podrá comerlo... Que desperdicio.

Lo cocinó con todo su corazón en caso de que él volviera. Hirvió una olla llena, por si acaso comía bien.

La mirada de Layla se desvió hacia la ventana. Las luces de la multitud se acercaron más que antes y se pudo ver una muchedumbre enojada.

«¿Por qué fue hoy?»

Le molestaba que no pudieran esperar un día más o aguardar a que el hombre viniera a probar el guiso.

-Un poco más...

Era el momento que había estado esperando durante tanto tiempo, pero cuando llegó el momento, fue Layla quien quiso posponerlo. Ella se levantó lentamente de su asiento, no podía entender por qué estaba siendo así.

Cuando abrió la puerta, la gente que había estado viendo a través de la ventana se hizo más clara. Cosas como la ira, el miedo y la voluntad estaban claras en sus ojos.

-¡Bruja! ¡Estamos aquí para castigarte...!

-Regresen.

El fuerte grito del hombre a la cabeza no pudo concluirse debido a las palabras de Layla. Las palabras de la boca de la bruja encendieron las antorchas, pero no retrocedieron obedientemente como ella dijo.

"La flor del tlacuache "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora