venti.

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El plan había tenido resultados exitosos.

Ese día, Felix había llegado poco después de las siete treinta, y continuó llegando a esa hora los días posteriores gracias a Changbin. Era un poquito más sencillo lidiar con mis sentimientos y resistir cuando el tiempo que yo pasaba con Hyunjin estaba reducido a la mitad, sin embargo, paralelamente, era igual de duro.

Los golpecitos en la puerta me sacaron de mis pensamientos, miré el reloj solo para comprobar que Jisung había llegado puntual a nuestra reunión; así que, apagué el televisor y me encaminé hacia la puerta para abrirla.

— Hola. — dijo él alegremente y su mirada curiosa se paseó enseguida por el interior del lugar cuando me hice a un lado para que pasara. — Lindo apartamento, aunque el edificio entero es un poco... ¿triste?

Sonreí.

— También opino lo mismo. Gracias por venir, eres casi el único con el que puedo hablar de esto. — fui hasta mi habitación y con una seña le pedí que me siguiera.

— ¿Casi el único?

— Changbin también lo sabe, el hermano de Hyunjin. Y Minho.

— Sólo bromeo, sabes que siempre podrás contarme lo que sea, Jeongin. —me sonrió para transmitirme confianza.

— Soy un caso perdido. —me puse en cuclillas y rebusqué en el último cajón de mi escritorio lo que quería mostrarle a Jisung. Un sobre de papel, de un grosor considerable y arrugado de los bordes por todas las veces que lo estrujé entre mis manos, fue lo que le entregué a mi amigo.

— Vaya, sí que pesa.

Abrió el sobre y deslizó el contenido de su interior. Las fotografías se mostraron una sobre otra encima de su regazo y, aunque él había sido quien las había impreso todas, aun así se vio sorprendido por la cantidad de imágenes que yo guardaba como un tesoro.

— Wow. — musitó— ¿He impreso todas estas tan sólo de él? Este chico podría trabajar como modelo. — apuntó y hojeó con sus dedos las fotografías. — Podrías construir un libro con esto o llevarlo a un museo para exponerlo. Vaya obra de arte.

— Todas esas fotos sólo... son una recopilación de todo lo que no puedo tener, es como si formaran un manual de lo que es prohibido.

Jisung alzó las cejas y me miró.

— Eso sonó interesante. —se rió.

Sin embargo, cuando alguien llamó a la puerta, su risa se detuvo.

— ¿Esperas a alguien? — preguntó.

Busqué mi teléfono para ver la hora en la pantalla. Eran las seis con quince minutos.

— No que yo sepa. — negué con la cabeza y salí de mi habitación.

Él fue detrás de mí y cuando finalmente abrí la puerta, mis pies trastabillaron hacia atrás al momento en que Hyunjin me sonrió.

— ¿Hyunjin? — dije, con sorpresa.

— Creí que las formalidades habían quedado atrás. —bromeó, pero enseguida su mirada viajó por encima de mi hombro hacia Jisung.

Sin esperar invitación, caminó con pasos firmes hacia el interior del departamento y le sonrió a mi amigo, extendiéndole una mano.

— Hola, soy Hyunjin.

Los ojos de Jisung, grandes y llenos de emociones transparentes, se abrieron aún más cuando tuvo a Hyunjin frente a él. Extendió la mano como un robot y recibió el saludo.

— El novio de Felix. —especifiqué, cerrando la puerta de mala gana. Sabía que Jisung tenía en claro quién era él, pero me descubrí molesto cuando él no lo mencionó. Si lo hubiera hecho desde un principio conmigo, tal vez hubiera tenido un efecto menos invasivo la primera impresión que tuve sobre él.

꩜ manual de lo prohibido ; hyunin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora