El haz de luz que se infiltró por la puerta ahora abierta iluminó un poco la habitación. Parpadeé confundido y sobresaltado. Estaba seguro de que aún no eran las ocho de la noche como para que Felix estuviera aquí, ¿o lo eran?
— ¿Por qué está tan oscuro? — preguntó y luego las luces me cegaron por completo.
Parpadeé de nuevo, atolondrado y mucho más confundido que antes.
— Estábamos viendo una película de terror. — explicó Hyunjin y su voz sonó mucho más lejana que hacía unos minutos. Cuando lo busqué con la mirada, me di cuenta de que, en efecto, él ya no estaba a mi lado, sino que ahora se encontraba en el sofá continuo, sentado a la mitad de éste.
Me pregunté en qué momento se había alejado tan rápido.
— ¿En serio? ¿Cuál? — cuestionó Felix, tratando de ver hacia el televisor para descifrar a qué filme pertenecían las escenas.
Hyunjin me miró, esperando que respondiera.
— Ah... espera un segundo. — le dije a él y pausé la película para buscar su título. — Shutter.
— ¿La película taiwanesa?
Asentí.
— Yo no sabía que eras masoquista, Jeongin. — bromeó Felix, y sólo entonces, cuando mencionó mi nombre, pude espabilarme un poco más. — Esa película es aterradora. — musitó haciendo un mohín. — ¿Por qué la elegiste?
— Estaba aburrido. — me encogí de hombros. — y el día era perfecto para una película de estas. — dije y eché un vistazo al reloj de gato.
Él soltó una risotada.
— ¿Qué haces en casa tan temprano? — quise saber, porque aún faltaba media hora para su habitual hora de llegada. — No es que me esté quejando, quiero aclarar. — expliqué, pero sentí como la fierecilla se removió incómoda ante lo que me hacía sentir que era una mentira.
— Hoy salí temprano. — fue su turno de encogerse de hombros, luego se acercó al sofá para sentarse a lado de Hyunjin y besar sus labios. Me giré instantáneamente, de pronto mucho más aterrorizado por esa escena que por la película entera.
Oí el chasquido de sus labios al unirse y quise taparme los oídos o volver a poner la televisión y subir al máximo el volumen.
La fierecilla en mi interior se movió inquieta y enfurruñada. Podía sentirla tan nítidamente que parecía como si de verdad existiera materializada dentro de mí, pidiéndome que levantara mi trasero del sofá y huyera pronto. Aún así, miré por la colilla del ojo y pude verlos aún besándose, la fierecilla refunfuñó incómoda y la sentía rasguñar mi interior. Era un sentimiento casi palpable que se extendía desde mi estómago hasta mi pecho, como punzadas dolorosas que agobiaban mi corazón con latidos agónicos y pesados. Sabía a ciencia cierta que mirarlos no debería de hacerme daño, pero lo hacía.
Me levanté del sofá, impulsado por apagar las emociones que estaba teniendo y el control remoto de la televisión cayó de mis piernas hasta el suelo, produciendo un sonido seco sobre la alfombra. Hyunjin y Felix se detuvieron y finalmente me miraron.
— Perdón. — farfullé. — Ya me iba.
— ¿No vas a terminar de verla? — preguntó Felix.
— No, recordé que tengo que arreglar algunas cosas. — dije, mientras que con movimientos torpes levantaba el control y volvía a colocarlo sobre el sofá.
— Ay, por favor, Jeongin, tú nunca arreglas tu habitación. — me acusó y sentí vergüenza.
— No me refería a eso, Felix. — lo miré. — Lo que quiero decir es que mañana saldré con Minho y me llevaré la cámara. — no sabía de dónde había salido la mentira, porque eso era lo que era. Minho y yo no teníamos planes en lo absoluto. — Y por cierto, yo sí arreglo mi habitación, aunque no muy seguido.
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꩜ manual de lo prohibido ; hyunin.
Fiksi Penggemar🇮🇹 ★ 𓏸⃘ 𝗛𝗬𝗨𝗡𝗝𝗜𝗡 : 𝗝𝗘𝗢𝗡𝗚𝗜𝗡 Falso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueño del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que es...