Déjame liberarte.

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En la cima de la gran colina de pasto verde y flores llamativas, la niña se recostaba sobre los hierbajos mientras pensaba que haría ahora para salvar al resto.

Eri. Y ahora, ¿Qué hago? _ A ser sinceros, la pequeña niña no tenía ninguna pista de como salvar al resto de personajes, solo era consciente de que, nada más llegar al lugar, había aparecido sobre una gran colina de pasto verde, un paisaje bastante bello si se ignoraba la muerte de todos los luchadores _.

La albina comenzó a caminar sin ningún rumbo por la ladera, bajando la pequeña montaña hasta encontrar algo que tan siquiera le permitiera continuar con su objetivo, una larga caminata que la llevo hasta lo más profundo de un frondoso bosque, allí se escondió tras unos arbustos tras escuchar varias pisadas que se dirigían hacia su dirección.

Eri. (¿¡Quién está ahí!?) _ Pensó la niña con una cascada de sudor recorriendo su frente, podía ser cualquier cosa que se camuflaba en el bosque, un animal salvaje, un villano, o si Dios quería, un aliado, y con esto último en mente, Eri alzó la mirada de las hojas de los arbustos para ver qué originaban aquellas pisadas, formándose una gran sonrisa de alegría _.

En el camino de tierra que se hallaba ahí, tres luchadores caminaban robóticamente hacia adelante, sin destino aparente, los tres personajes eran un enano de cabello redondeado, una chica de cabellos rubios con dos moños y pelo desaliñado, y el más importante, uno de los héroes que la había rescatado, Aizawa Shouta, quién lideraba a los otros dos.

Eri. ¿Papá? _ Aquel al que consideraba su padre giró su vista ante tal grito, para observar como la niña corría llorando lágrimas de la más viva felicidad, por primera vez desde que inició esto se sentía calmada, y cuando estaba a punto de abrazarlo, ocurrió lo inevitable _

Un puñetazo en el rostro fue suficiente para romperle el pómulo a la desgraciada niña, quién se quedó sin aire por tan repentino golpe, tambaleándose y luchando para no caer al suelo, al regresar la mirada, Eri tuvo que esquivar un montón de esferas negras que intentaron apresarla, al mismo tiempo que Aizawa lanzaba sus cintas para atrapar a la pequeña.

Eri. ¿¡Qué ocurre, papá!?, soy yo, tu pequeña Eri... _ La niña quedó con los ojos en blanco cuando Shouta casi le conecta una patada en el cuello, y ahí fue cuando se percató de que el héroe Eraser Head era un tanto diferente, sus ojos carmesí tenían un tono más furioso del que le mostraba su padre, y su piel era completamente oscura, definitivamente había algo extraño en esto _.

Eri. Tú no eres mi padre, ¿Cierto? _ El clon de Aizawa agarró sus vendas con firmeza y las amarró alrededor del torso de la niña y, con fuerza, la lanzó contra un roble, estampándose todo su pequeño cuerpo _.

A los segundos, las cintas regresaron a los antebrazos de Aizawa, y la pequeña se levantaba con dolor mientras escupía un poco de sangre a la vegetación y miraba con terror a aquel que compartía apariencia con su padre.

Eri. ¡Aléjate de mí!... _ La niña sentía como si hubieran apretado su corazón hasta que esté reventó, esta comenzó a correr hasta lo más profundo del bosque, sus lágrimas marcaron un pequeño camino junto a su fuerte llanto, y justo donde había dejado a los tres enemigos, el líder de estos mostró por primera vez su voz, para expresar una única palabra al más pequeño de los tres.

A̷i̷z̷a̷w̷a̷Matala... _ Tras esta orden, el falso Minoru se apresuró tras la niña, rebotando con las esferas de su cabello y con la intención de asesinar a la intrusa del nuevo mundo de Lumina, incluso si no aparentaba ser una amenaza _.

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