Oshi no ko][Aquella vez que me reencarnè cómo hijo de una ìdol

Cap 63: Yo y Ai Hoshino

Creo que los humanos tienen la capacidad de adaptarse biológicamente a su entorno. La adaptación es cualquier variación que puede aumentar la aptitud biológica de uno en un entorno dado; dicho de manera más simple, la adaptación es la interacción exitosa entre una población y su entorno.

Por supuesto, no sé con qué rapidez y facilidad los humanos se adaptan a algo nuevo en sus vidas y entorno. Sin embargo, por las cosas sobrenaturales que he experimentado en los últimos días, me he adaptado a la presencia de varios seres sobrenaturales a mi alrededor.

Honestamente, siento que mi adaptación puede decirse que es bastante rápida. Aunque por desgracia, no puedo contar ni decirle nada a nadie. Sin embargo, aun así, puedo decir que estoy bastante orgulloso de mi éxito al adaptarme rápidamente a esta cosa sobrenatural. Es solo que a veces no sabemos qué pasará en el futuro. Luego, a veces, cuando los humanos se sienten cómodos con algo, se vuelven descuidados.

Algo que realmente me pasó, aunque podría decir que no fue del todo culpa mía porque, claro, nunca lo hubiera pensado después de acostumbrarme a lo que me pasó. La repentina presencia de un espíritu inesperado me atacó, por lo que fui ingresado nuevamente en el hospital. Y esta vez, no fue por problemas mentales ni nada por el estilo. Más bien, era una mano fracturada que sanaría en unas pocas semanas.

Bueno, aunque podría haber sido un poco tomado por sorpresa porque estaba demasiado confiado y cómodo con el hecho de que me estaba acostumbrando a espíritus que no esperaba experimentar hace solo unas horas.

Porque nunca esperé ser emboscado así. Bueno, desde que pude ver espíritus, la mayoría de ellos solo estaban presentes en mi vista y despedían un aura y una voz incómodas, a veces como una maldición que lentamente intentaba atrapar mi mente con la guardia baja para que pudiera poseerme. Pero nunca me tocaron físicamente y cosas por el estilo. Desafortunadamente, lo que me pasó hace un tiempo, y lo peor de todo esto, es que el espíritu que causó todo esto es, por decirlo suavemente, muy diferente al espíritu que estoy acostumbrado a ver. Podría decirse que este espíritu no es tan completamente humano como el que estoy acostumbrado a ver.

Para ser honesto, al principio, solo vi un espíritu que era solo una niebla negra que lentamente se convirtió en una pequeña sombra negra que parecía un niño de unos diez años que siempre lloraba por su madre. Es bastante estándar en las películas de terror, y por el aura que sentí después de verla tantas veces porque a veces estaba en el baño, nunca sentí animosidad o sentimiento peligroso.

Hasta hace un tiempo, cuando iba al baño y no veía ni sentía su presencia antes de usarlo para bañarme. Fue entonces cuando gradualmente escuché el sonido de su llanto cuando lo escuché por primera vez. El sonido estaba lo suficientemente lejos como para que, al principio, no me molestara y pensé que sería mejor terminar mi ducha y salir del baño.

En ese momento sentí que los gritos se acercaban, pero era porque me había acostumbrado a ignorarlos y a fingir que no escuchaba nada. Porque sentí que empeoraría si respondía o reaccionaba al espíritu. También me había acostumbrado a tratar de no apartar la mirada o mirar a los espíritus. Sin embargo, la voz de llanto que llamaba a su madre parecía estar cambiando. Se volvió más monótono y como el sonido de una radio rota.

Es muy posible que la primera vez que le pasó al espíritu en el baño, y lo peor de todo, el aura fuera tan mala. Estaba casi cien por ciento seguro de que esto no era bueno y que lo mejor para mí era salir del baño inmediatamente.

Pero antes me las arreglé para hacerlo. Una voz desagradable y siniestra susurró en mi oído.

"¡Tengo tanta envidia! Ojalá tu madre pudiera tenerla".

Esta es una oración que inmediatamente me hizo mirar hacia atrás al espíritu que ya tenía una forma diferente a la anterior, aunque todavía era como un humano, con muchas partes de su cuerpo estiradas como goma y largas. Incluso el cuello del espíritu era tan largo que tuve que mirar hacia arriba para ver su cabeza que estaba arriba y me miraba con la cabeza colocada a casi ciento ochenta grados.