9. Siempre impredecible

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Las cinco de la tarde es el momento ideal para sentarse a ver la puesta de sol, con un mojito en la mano y las gafas de sol negras en la cabeza. Al menos eso piensa Mark cuando decide tomar aquel catamarán como parte de la excursión que Jeno y Jaemin habían planeado para ese día.

Mark puede jurar que de vivir en la playa podría acostumbrarse a ese atardecer sin problema alguno. Es hermoso, pacifico y específicamente deslumbrante cuando toca la piel de Donghyuck a su lado, rozando en sus cabellos hasta volverlos de un castaño casi rubio que es absurdamente bonito de mirar.

—Demonios Donghyuck, eres endemoniadamente precioso, amigo.

Donghyuck tiene aquella franela tejida blanca que relucía sus delicadas proporciones en minúsculos asomos de piel morena que Mark moría por tocar, está sentado en uno de los miles de bancos con vista al agua que tiene el barco cuando lleva su mano a su boca para ocultar su sonrisa.

—Nunca pensé que llegaríamos al punto donde te reclamaría por decirme "hermoso" cada tres minutos—Donghyuck rueda los ojos, pero Mark sabe que no está cansado de eso—No soy solo una cara bonita.

Donghyuck tiene ese mohín de falsa molestia. Y Mark tiene que reír porque ahora el menor solo está intentando conseguir todos los halagos.

Alza una ceja y toma su mojito abandonado en alguna parte.

—¿Acaso importa si lo fueras?

Donghyuck frunce el ceño, y su mohín se intensifica indignado de pronto. Mark bebe para aguantar la risa cuando el menor suspira rodando los ojos.

—Sé que me estás tomando el pelo... Pero funciona.

Mark vuelve a carcajear y parece una costumbre si tiene a Donghyuck a su lado. Diciendo todas las cosas estúpidamente sinceras sin reparo, no busca ser gracioso pero tiene a Mark con el estómago doliendo de la risa.

—Y divertido. Eres ingenioso, buen nadador, el mejor en karaoke y un quisquilloso total con la comida—dice Mark, nombrando todas las cosas aprendidas de Donghyuck que lo hacen especial—Espero seguir conociendo más de ti.

Las mejillas siempre calientes de Donghyuck se encienden en el rojo más brillante. Es inevitable y quiere lanzar a Mark al agua por la forma despreocupada que dice lo que a él le ha tomado años.

—Sin embargo, parece que ya sabes algunas cosas.

Mark sonríe porque desde el comienzo de su viaje todo lo que había estado haciendo fue guardar y recordar todas las cosas que a Donghyuck le gustan o no. Como si fuera alguna clase de información de suma relevancia. Pero supone que al final si es de índole importante, porque solo quiere saber más y más.

—Oigan, ¿saben que yo también estoy aquí, verdad?—dice la aguda voz de Chenle detrás de Donghyuck que había estado con audífonos semi dormido todo el camino.

Donghyuck lleva su mano a su pecho algo sorprendido por la voz del joven a su espalda a medida que se gira para no darle la espalda. Donghyuck descruza sus piernas y se sostiene de la borda para que el joven se una a la conversación.

Mark rie y siente cómo sus mejillas se calientan, pero la forma en que Chenle mira de manera juguetona a la pareja es sorprendente pues desde esa mañana que ambos habían regresado tomados de la mano el menor no preguntó nada.

—Y... ¿cuál es el plan de hoy?—pregunta Donghyuck.

El gran barco pretendía dejarlos en una isla que prometía ser paradisiaca. Por lo que el día insinuaba tomar el sol bajo una palmera para una relajación total. Por supuesto, Chenle amaba el plan, después de todo este era su primer día oficial.

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⏰ Última actualización: Mar 02 ⏰

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