Él mismo estaba sorprendido, el castaño se encontraba en el auto camino al centro reclusorio.
Sus manos sudaban un poco y se sentían incluso un poco heladas, acariciaba las mismas buscando un poco elde calor mientras sentían que calmaba su nervios.
¿Cómo había llegado hasta ahí?
Días antes sin haberlo pensado su correspondencia tenía un documento bastante serio por firmar. Le habian mandado una carta de aceptación, pero una bastante diferente. Nunca pensó que tendría tan rápido acceso a visitar personalmente al tal Cellbit. Con tan corto cruce de palabras no entendía como había dado la impresión de ser un sujeto de confianza para el mayor pero tampoco se quejaba de ello.
El castaño salió de su trance cuando la toz del conductor se hizo presente tratando de llamar su atención.
— Joven, estamos ya en el lugar. —su semblante cambió a uno avergonzado, había estado casi en la nubes en todo el camino y podía asegurar que el hombre le había hablado antes.
Con rapidez sacó su billetera pagando el viaje y bajando del auto. El frío se hizo sentir en su cuerpo apenas pudo ver alrededor suyo, eran casi las 11 am y tenía por así decirlo una cita en quince minutos. Se acercó al portal de vigilancia dando su identificación.
No podía mentir, ver policías, vigilantes con armas que median casi la mitad de su cuerpo le intimidaba y más si debía controlar cada una de acciones para no parecer un peligro o ser sospechoso.
Para su sorpresa no era el único a la espera en ese lugar, pudo ver familias, chicas jóvenes e incluso niños a la visita de personas dentro.
Minutos después por la llamada un vigilante pudo acceder a lo que parecía un comedor, no había ningún tipo de decoración en esa habitación solo sillas, mesas y lo primero en lo que se fijó era que cada objeto, cada cosa estaba encadenada al suelo. Quería creer que todo era por seguridad.
En sus manos aún tenía una carta, la había escrito antes de preparase para llegar al lugar porque en su propia mente, sabía que al estar frente a alguien desconocido no diría todo lo que pensaba o lo que quería preguntarle al mayor.
...
Cellbit estiró sus manos hacia adelante acostumbrado, cada festividad, salida fuera de las celdas o a un lugar muy cerca de civilización externa era una situación de alarma para los policías del recinto. Colocaron las esposas un poco ajustadas, el mayor tenía ya un historial fe comportamiento, no tan grave pero si cuestionable. El "click" sonó y finalmente siguió a través de los pasillos, era la primera vez que recibía una visita qur obviamente era esperada y planeada.
Ingresó al lugar en conjunto a demás reclusos y observó casi instantáneamente a todos en aquel lugar, descartó a las mujeres, niños y solo quedaron dos jóvenes de género masculino. Uno acompañado de más personas, no él no podía ser. Entonces quedaba uno, un castaño vestido con una bandana azul en su cabello, un hoodie rojo que se veía cómodo.
Cuando la orden fue dada se acercó a la mesa del castaño sentándose con confianza, sabía a lo que iba y que debía investigar, no debía desviar su misión de ello.
Su mirada primero se fijó en su cabello, se veía perfectamente cuidado, sus ojos, no veía miedo en ellos pero si sorpresa. También miró sus labios, en su expresión notaba que estaban ligeramente apretados. Suspiró sin hacer ruido alguno y se inclinó hacia adelante.
— Roier.
Notó sorpresa y el semblante ajeno suavizarse, una pequeña risa.
— Cellbit Lange. Discúlpame, estaba... un poco en el limbo. Estoy procesando muchas cosas.— Roier habló un poco más suelto y riendo, el acento del brasilero se había notado simplemente cuando dijo su nombre, por alguna razón eso fue gracioso y tuvo confianza de hablar.
El brasilero pensó por un momento, Roier lucia incluso más joven que su edad pero parecía ser alguien agradable, aunque no olvidaba las palabras de Mike. No podía confiar en él chico de cara bonita que estaba sentado al frente suyo.
— ¿Como te sientes? ¿Hay algo en especifico que te interese saber sobre mi, Roier? — intentó no sonar a la defensiva fijando su mirada en el menor.
El castaño se acomodó en su lugar y sonrió en su dirección, había algo hipnotizante en la mirada ajena. Cellbit era bastante diferente a como lo hubiera imaginado, tenía ojos azules, un cabello que no era ni tan corta ni largo, una barba perfilada de manera experta. Tenía un rostro que le hacía lucir serio pero no tanto como para sentir que tuviera una mirada de enojo.
— Tengo genuino interés por saber que viste en mi, sé muy bien y los guardias me informaron que es la primera visita que recibes aquí.
El ojiazul entendía la confusión pero analizó muy bien sus palabras antes de responder.
— No voy a negarlo, tienen razón. Solo me causaste curiosidad.
Roier pareció conformarse con esa respuesta, después de ello la tarde estaba transcurriendo entre preguntas para conocerse, claramente evadiendo el tema de que estaban en un centro penitenciario.
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— Cellbit... ¿por qué estas aquí?— preguntó el castaño después de la charla. Había estado evitando preguntar aquello pero pensó que era el momento.
— Estaba esperando que lo dijeras. Roier ¿que diría si te confieso que asesiné a alguien?
...
Cellbit Lange, de Ciudad Quesadilla.
Edad: 26 años
Nacionalidad: Brasilero
Reo en Unidad Carcelaria, Sector C.
Delito y pena acreditada: Asesinato en segundo grado, 12 años de pena privativa..
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* Hola! Muchas gracias por sus mensajes tan lindos acerca de la historia, créanme que siempre los leo apenas los publico. En breves me pondré a responder cada uno. También tengo DM abiertos por si alguien quiere pasarse por allí o mi tablero. Espero valga la pena la espera este capítulo, los adoro! Es el segundo día de la semana sin un steam de roier y recién hoy hallé inspiración. TT-TT 🤍
— uvita.
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「 PRISIONER 」 GuapoDuo AU
Fanfiction❝ WriteAPrisioner, un programa destinado al envío de correspondencia a prisioneros. ❞ Roier es un estudiante de psicología dedicado, su enfoque por los temas arriesgados suele entusiasmarle de manera imprudente en ocasiones. Siendo la ultima; su...