Nuestro Secreto - Anya x Damian

El almacén abandonado

Autora

Hola a todos ^^

Quiero informar de que tal vez este capitulo se haga un poco pesado, debido a que no soy buena narrando este tipo de acontecimientos, pero lo hice lo mejor que pude.

Anya

Abro los ojos pero no veo nada, solo un poco de luz por debajo de la venda. Tengo la cabeza aturdida y las manos atadas hacia algo, como si estuviera colgando.
Guay, Anya acaba de ser secuestrada.
Intento percibir algún tipo de pensamiento a mi alrededor, pero nada. Siento como mi corazón se desespera al ver que casi que no hay forma de salir.
Se muchas técnicas, pero ninguna funciona para soltarme en esta postura.

Lo que sí pude es quitarme la venda frotando mi nuca en la pared, debido a mi pelo resbala muy fácilmente.

Parece un almacén sin uso. En lo primero que me fijo son las cámaras, mierda.

Damian

Becky me ha dicho que no haga nada. Nada indiscreto.

Vuelvo a mi casa por la tarde, me doy una ducha de agua fría y me vuelvo a vestir.
Llamo a una de las sirvientes, como de costumbre.

- ¿Necesita algo jóven? - me pregunta, en realidad es de mi edad más o menos, y es bastante amable.

- Sí, usted ya sabe que tengo una prometida, Rosselyn, quiero que este con ella en todo momento. Dígale que yo la mando y aún si se niega, sigala. - el objetivo de todo esto es saber cuándo sale y con quien queda.

- Claro, pero ahora mismo justo esta preparandose para salir- eso no me lo esperaba.

- ¿En mi habitación? - seguramente, no sé ni para que pregunto.

- Sí - me afirma. Pues nada, marcha a mi habitación.

Abro la puerta de mi habitación, hay varias maletas en la esquina, suyas.
Se gira para ver quién ha entrado.

- Ah, eres tú amor - esboza una sonrisa, que enferma.

- El mismo - le devuelvo la sonrisa. Parece sorprendida por mi reacción pero no le desagrada, solo se queda un rato en silenció.

- ¿Vas a salir? - como si no supiera nada.

- Sí, con unos amigos ¿por qué? Si quieres lo dejo para otro dia - vuelve a girar para recoger las cosas en su bolso, mete unas llaves, el perfumes, las llaves del coche y algunas cosas más. Me fijo en las llaves, no parecen de esta casa al menos.

- No, podríamos salir otro dia - me siento en un sillón.

Conversamos un poco más, como si no pasará nada, como si nunca me hubiera enfadado, como si la amara, aunque tengo claro que tampoco se lo cree, pero intenta que con el tiempo sea un sentimiento verdadero o eso creo.

- Ok, entonces nos vemos - espero a que salga de la habitación.

Nada mas sale, salto de mi sitio para cambiarme de ropa, una peluca, una gorra y ropa corriente, para nada elegante con gafas de sol.

- Perfecto - sonrio de lado a lado.

Por último solo cojo un arma, si, siendo así de rico, es tan fácil como tenerla en un cajón cerrado con llave, a nadie le importa.

Llamaría a un taxi para parecer menos sospechoso, pero no tengo tiempo.

Vuelvo a esperar a que entre su coche y salga al menos de la mansión. No se lleva al chófer.
Cuando por fin lo hace, cojo el mio, bueno, alguno de los míos, el menos sospechoso que yo intuyó.