Nuestro Secreto - Anya x Damian

El sujeto misterioso

Anya Forger, una joven de 16 años, acaba de experimentar cosas nuevas con el chico más odioso del mundo, Damian Desmond.

Anya

Mejor voy al baño a refrescarme, que tonta soy, Anya eres tonta.
Llegue al baño y entre, había un par de chicas hablando, pero que falsedad se tienen, dicen una cosa y piensan otra...bueno, no es la primera vez que pasa esto, pasa casi constantemente.

Me miro en el espejo del baño, mi pelo está despeinado, saco mi mini peine del bolso y me peino un poco, también me pongo un poco de perfume de vainilla, al ponérmelo en el cuello me percato de que tengo una mancha roja, Damian que has hecho, no puede ser, que le diré a papá.

Saco el corrector, se supone que es para las ojeras pero puede servirme, apartó mi pelo y empiezo a aplicarme con la esperanza de taparlo.
Unas imágenes del momento pasan por mi mente, que vergüenza...

Mientras sigo tapando alguien me llama por detrás, una voz femenina conocida.

-¡Anya! - se acerca y me abraza por detrás.

-Ah, hola Becky - la miró por el espejo.

-¿Te pasa algo?, estas muy nerviosa, ¿te estás maquillando?

-A-a, si - digo mientras me apartó y me vuelvo a acomodar el pelo, le doy una sonrisa falsa.

-¿Segu- habla pero la interrumpo

-Becky me tengo que ir de verdad, perdón- me voy con una gota de sudor fría cayendo de mi frente y muy nerviosa.

Ya está sospechando de algo, sus pensamientos la delatan.

Salgo unos cinco minutos a tomar aire fresco, respiro y expiró, vuelvo a la sala principal, mis padres están en una mesa hablando con algunos socios, mi padre tan observador como siempre y mi madre...tendrá un gran problema si bebe.

-Que aburrimientoo- doy un soplido.

Narradora

Anya se encontraba junto a una mesa vacía, solo quería llegar a casa y dormir, o eso intentaría, pero alguien hace frente a su aburrimiento, pero por sus pensamientos no era nada bueno, aunque no lograba descifrar el significado.

-Señorita Forger - una voz masculina grave y con un tono sarcástico susurraba en su oreja, un brazo la rodea, una mano gruesa y morena saca una afilada navaja, Anya queda petrificada, ni siquiera puede moverse, pero ya había visto a su padre actuar en este tipo de situaciones.

-¿Necesita algo?- le pregunta sudando frío

- Muy bien, muy bien, veo que no hay porque tomar medidas con usted, eso me gusta - el hombre te retira la navaja lentamente.

Anya se gira y ve a un hombre, rodando los 34 años, vestía un traje negro, tenía una barba perfilada y un cuerpo formido.

Anya trata duro y espera unos momentos para ver que sucederá.

- Vera, no le estoy preguntando, solo le estoy avisando, si no acepta esta pequeña petición tendrá graves repercusiones, solo le pido que venga a esta dirección, el viernes de la semana que viene, por la noche, usted sola, tranquilicese por favor, no intento violarla, ni robarle pero alguien muy importante solicita verla.

-A, una cosa más, ni se le ocurra avisar a alguien y mucho menos a las autoridades - dice el hombre con una amable sonrisa, sabía que no le estaba mintiendo por sus pensamientos pero seguía siendo muy sospechoso, ahora no quería armar un escándalo así que acepto y se separaron.