Capítulo 03

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Ohm se sentó en la silla, rasgando "Strange Fire" de Indigo Girls en su guitarra eléctrica, cuando se dio cuenta que mañana era Noche Buena, y por tercer año consecutivo, estaría solo. Eso era por lo que no se había molestado en decorar nada. Todo lo que conseguiría con eso es recordarle cuan solitaria había llegado a ser su vida.

Suspiró con cansancio cuando pensó acerca de todo por lo que había pasado. ¿Cómo podía un hombre ser adorado por millones y no querido por nadie? Aun así ese era su destino. Las únicas personas que decían preocuparse por él no lo conocían en absoluto, y las personas que alguna vez lo habían significado todo para él habían pasado cada momento de sus vidas intentando acabar con él.

-Felices jodidas navidades -murmuró.

Intentando olvidar el pasado, se centró en la canción en su cabeza. Desde que la guitarra no estaba enchufada, las notas solo eran un susurro alrededor de él, pero era suficiente para apaciguar su desganado estado. La música siempre había sido su santuario. No importa cuán dura fuera la vida, la música y las películas que frecuentaba eran su consuelo e inspiración. Le consolaban cuando nada podía hacerlo.

Estaba tan inmerso en la canción que le llevó varios minutos darse cuenta que ya no estaba solo. Abriendo los ojos, vio a Fluke y se detuvo a medio acorde. La luz formaba un suave halo alrededor de él, haciendo que su pelo negro brillara. Por un completo minuto no pudo respirar. Cada hormona en su cuerpo estaba en llamas.

Había pasado tanto tiempo desde la última vez que tocara a alguien, de otra manera que no fuera para tenderle su tarjeta de crédito una y otra vez. Y pensar que casi se convence de que no necesitaba la suavidad de otra persona.

Sí...

Con él mirándole mientras una medio engañosa sonrisa tocaba sus labios e iluminaba sus brillantes ojos, su resolución se quebró. Todo lo que quería hacer era dejar la guitarra a un lado y atraerlo a sus brazos para un largo, rabioso beso que dejase los labios de ambos entumecidos. Era demasiado fácil imaginárselo en su regazo, desnudo. Esa imagen lo quemó de dentro a fuera.

Su pene se endureció al punto de doler.

-¿Necesitas algo? -odiaba que su voz tuviese una nota vacía y no el veneno que quería darle.

-Solo tenía curiosidad por saber que estabas haciendo. Tienes mucho talento, por cierto.

Él se mofó ante el cumplido.

-No me alagues.

-No, realmente lo tienes.

-Claro, y no me halagues -repitió él, encontrando finalmente el veneno que quería en su tono-. Ni me gustan, ni quiero cumplidos.

Fluke frunció el ceño.

-¿Hablas en serio?

-Completamente -Ohm arrancó un lento acorde-. Verás, conozco este juego. Me halagas, me haces reír y que me sienta bien conmigo mismo. Lo siguiente que sabré es que sales por la puerta con los bolsillos repletos con mi dinero, diciéndole al mundo lo gilipollas que soy. Saltemos directamente al final donde te largas de mi casa y le dices a todo el mundo que soy un idiota -sosteniendo la guitarra, él asintió-. Sí, eso funciona para mí.

Fluke no podía creer lo que estaba oyendo. Su rabia afiló sus poderes incluso más de lo que lo habían dejado pasmado sus palabras. Jadeó bruscamente.

-¿Qué te hicieron?

Él dejó la guitarra a un lado antes de levantarse.

-No te preocupes por eso.

Fluke se estiró para tocarle el brazo cuando empezó a pasar junto a él.

-Ohm.

-No me toques -su voz fue un fiero gruñido.

13 OmhFlukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora