Capítulo 16

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Gemini fue corriendo hacia el apartamento de Kerryna. Desde fuera era idéntico al de Fourth, excepto que este tenía un pequeño espejo que se balanceaba desde el llamado, un espejo que estaba diseñado para mantener alejados a los gallu.

Si tan sólo surtiese efecto.

Corrió a la puerta y probó el pomo.

Éste giró.

Abriendo la puerta, listo para la batalla, se sorprendió de encontrar el lugar completamente vacío. Entró lentamente en la casa, esperando una emboscada. Con nada excepto silencio murmurando en sus oídos, fue de habitación en habitación buscando a la Dimme.

O su cuerpo.

No había latidos en el lugar. Pero allí donde mirara veía los restos de la batalla. El mobiliario estaba destrozado, las rinconeras estaban sobre el suelo. Era obvio que Kerryna y Kyle habían presentado una tremenda lucha.

Pero la cuestión era, ¿Por qué habría ido ella allí sin Xedrix?

—¡Maldición! —Jadeó él. Debían habérsela llevado con ellos cuando se marcharon.

Gemini se apresuró en regresar para encontrar a Fourth esforzándose por meter a un inconsciente Kyle en el coche. Él cogió al cachorro de sus brazos y lo alzó en los suyos antes de desvanecerlos al Santuario.

Carson se puso en pie frunciendo profundamente el ceño cuando vio al sangrante cuerpo de Kyle.

—¿Qué sucedió?

—Ha sido atacado —Gemini condujo a Kyle a la habitación donde Carson lo había tendido a él cuando había estado herido.

—Gracias por traerle aquí.

—De nada. Ahora si me disculpas, tengo algunas malas noticias que entregar.

Gemini se volvió a Fourth.

—¿Qué malas noticias? —Preguntó.

—Creo que ellos cogieron a Kerryna.

Su cara palideció, Fourth trastabilló por el shock.

—¿Los gallu? ¿Por qué?

—Para usarla, estoy seguro.

—¿Lo sabe Xedrix?

Gemini volvió a mirar hacia el sangrante cuerpo de Kyle.

—Tengo una ligera suposición de que no lo sabe. Creo que Kyle debe haber estado echando un vistazo a su negocio. Tenemos que ir a su bar y contarle a Xedrix que ha sucedido.

Fourth no podía estar más de acuerdo.

—De acuerdo. Vamos con esa cosa de desvanecerse... sin náuseas esta vez. Esperemos.

—Un segundo— él miró a Ford—. Tú también. Prom, sujétate a él así no nos separaremos.

Lo siguiente que supo Fourth era que estaban en el club, el cual estaba abarrotado con estudiantes de instituto y locales. Todos ellos permanecían detrás del almacén donde Xedrix los había traído originalmente.

Una banda estaba tocando alta y oscura música.

Gemini cogió su mano y lo condujo hacia la pista de baile. En la muchedumbre, era imposible distinguir a los Carontes de los humanos. La única manera en que podía notar la diferencia era por su sentido de demonio advirtiéndole sobre ellos siempre que se movían cerca de alguno.

—¿Dónde esta Xedrix? —Preguntó Gemini a un alto y moreno demonio que estaba sirviendo bebidas.

—Está en el bar.

14 GeminiFourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora