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Peggy hoy no estaba en casa. La madre de los Gallagher había sido invitada al cumpleaños de una de sus amigas y no regresaría hasta muy tarde. Hoy los hermanos estarían solos... O al menos eso parecía hasta que Liam invitó a Damon a cenar con ellos. 

La parejita se encontraba en la cocina debatiendo sobre la comida, mientras que Noel estaba arriba dándose una ducha caliente, relajando sus músculos después de un largo día de trabajo. Y su cansancio era una excusa para evitar a los otros dos al menos hasta la cena.

—Podríamos cenar pasta.—sugirió Liam, revisando las alacenas, en busca de ingredientes.—Yo podría hacer la salsa, me sale muy bien.—sonrió presumido.

—Que romántico te pusiste, Liam. Pasta, vino... Faltarían un par de velas nada más.—bromeó el rubio, abrazando al contrario por detrás y plantando un beso en su mejilla.

—Es lo único que puedo hacer por ti esta noche, mi hermano cenará con nosotros.—comentó desanimado.

Lo que desanimaba a Liam en realidad era que su hermano mayor aún seguía sin hablarle, y era por esto que buscaba la compañía de Damon, para no sentirse solo... Y tal vez despertar algún tipo de emoción en Noel que lo vuelva a acercar a él.

—Eso no importa, lo pasaremos bien igual.—Damon lo abrazó nuevamente.—Pero se hace tarde...—miró el reloj que colgaba en una pared.—Si vamos a comer, debemos apresurarnos a comprar las cosas, pronto cerrará todo.

Liam asintió y apurado caminó hasta la sala para buscar su abrigo, el cual estaba tirado sobre el sofá.

—Yo iré a comprar las cosas, tú... No sé, ponte cómodo.—rieron.—Mira la tele, toma una cerveza de la heladera, lo que quieras.

—Bien.—Damon asintió, sonriendo a medias, mientras observaba a Liam acomodar el cuello de su chaqueta antes de enfrentarse al crudo frío de Manchester.—¿No quieres que vaya contigo?

—No, no te preocupes. Quédate aquí.—lo besó rápidamente

Luego tomó sus llaves y salió para hacer las compras, mientras Damon observaba por la ventana de la sala como se alejaba caminando bajo la poca luz que aún le quedaba a la tarde.

Se encontraba solo en el salón pero sentía la presencia de Noel en el piso de arriba, oía sus pasos retumbando contra el suelo de madera, cajones abriendo y cerrándose como si estuviera en busca de algo.

Luego del tenso pero interesante encuentro en el supermercado no volvió a cruzarse con él, ansiaba hacerlo, pero no sabía como enfrentarse con el mayor después de ese cruce de palabras y toques. Aún podía sentir la calidez de la mano de Noel al tomar su cuello, la profundidad de sus ojos azules al apreciarlos a tan pocos centímetros, lo apetitosos que se veían sus labios y lo intimidante que era su pequeña figura comparándola con la de Liam.

Nuevamente sintió los pasos Noel, esta vez haciendo crujir la madera de los escalones, y su cuerpo tembló ligeramente como una hoja.

—Liam, maldita sea, ¿otra vez te robaste mi camis...?—Noel frenó en seco su caminata al encontrarse con Damon, dejando el fastidio a un lado y relajándose al verlo con sus mejillas levemente teñidas de rojo, su delgado cuerpo recargado contra el marco de la ventana y sus hombros encogidos en un inútil intento de esconderse de él.—Pensé que Liam estaba aquí.—murmuró.

A pesar del frío Noel se encontraba con su torso desnudo y un short del Manchester City color blanco, casi traslúcido, el cual no dejaba demasiado a la imaginación del rubio. Este se había quedado paralizado en su lugar, sin poder articular palabra alguna para responderle al hermano de su amigo.

—Liam fue... Salió a comprar.—contestó al cabo de unos segundos, bajando la mirada, evitando hacer contacto con los ojos celestes de Noel que aún lo observaban fijamente desde las escaleras en busca de respuestas.—Cenaremos pasta.

—Bien.—Noel asintió apretando sus labios en una línea recta, un tanto pensativo, buscando palabras en su cabeza y la manera correcta en la que estás debían ser dichas.

Bajó los últimos dos escalones que quedaban en su camino y lentamente se acercó a la ventana, dónde Damon seguía apoyado, esperando a que el menor de los hermanos llegara. El mayor se paró al lado de él y fingió observar el panorama a través del vidrio también.

—Lo que sucedió en el supermercado...—dijo, casi sin elevar la voz, dubitativo, maldiciendo su falta de educación por no poder encontrar las palabras necesarias.

—No tenemos que hablar de eso.—contestó Damon rápidamente, con la esperanza de evitar el vergonzoso tema de conversación y el rumbo que podría tomar.

—Si, tenemos que.

—Admito que... Eres lindo, pero yo estoy con Liam y... Fui un idiota por acercarme a ti, lo siento.

El rubio bajó la mirada al suelo avergonzado por la situación y por tener que exponer sus sentimientos confusos de esta manera. Y al no obtener respuesta, miró al contrario que permanecía inmóvil a su lado.

—Me gustó.—admitió Noel, al cabo de varios segundos que parecieron eternos, sin sacar su vista de la ventana a pesar de sentir la mirada de Damon clavarse en él.—Yo sé que no debería gustarme, que mi hermano está feliz contigo y que soy mayor que tú, pero... Pero me hiciste sentir algo que hace mucho no sentía y me gustó.

El corazón del rubio latía con fuerza, podía sentirlo golpear contra su pecho.

—Noel... Yo, eh...

Esta vez Noel giró su cabeza unos centímetros a su derecha y clavó sus ojos azules en Damon. Con su rostro serio, se sinceró con él, pero sin atreverse a cruzar la línea definitivamente:

—Si Liam no estuviera a punto de entrar, te besaría ahora mismo.

Damon tragó saliva, pero antes de que pudiera responder, el menor de los Gallagher llegó cargado con todos los ingredientes para la cena.

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⏰ Última actualización: Sep 10 ⏰

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Pretty Boy «Gallaghercest»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora