Calma.

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Ai despertó en su habitación, a su lado se encontraba Hastur quien simplemente la miraba, este sonrió levemente, esto emociono a Ai, la cual era la segunda vez que lo veía así, aunque a los pocos segundos regreso a su expresión de siempre.

Hastur salió de la habitación, lo escucho hablar y a los pocos minutos entró Ichigo, Miyako y sus dos hijos, los cuales estaban felices de verla, Ichigo aún le reclamaba a Hastur por no permitir que un médico la revisara, y que no confiaba en el curandero que llevó, pero parecía que Hastur le ignoraba.

Ithaqua veía todo desde a fuera de la habitación, no se atrevía a entrar, creía que era su culpa por no estar atento a su alrededor, aunque les informaron que el incendio había sido provocado, no capturaron a ningún culpable, ya que no encontraron nada que indicara quien había sido la persona responsable de tal acto.

Debido a este incidente Ai se tomó algunos días de descanso y aprovechando esto, se puso a ver los preparativos para su boda, sin embargo se llevó la gran sorpresa de que la asistente de su prometido, ya tenía varias cosas avanzadas, como las invitaciones, el salón de recepción, la iglesia en donde se casarían, y otras cosas más, solo faltaba el vestido, el traje del novio y otros pequeños detalles, pero ya era realmente poco.

Estaba realmente sorprendida de que muchas cosas fueran elegidas a su gusto, ya que creyó que todo sería muy distinto, Ruby la acompaño para ir a ver lo que sería su vestido de novia, Ai miraba cada diseño mostrado con ilusión, pero le era difícil elegir uno, todos era muy bonitos, algunos simples, otros llamativos y así, sin embargo ella no encontraba uno que le terminará de convencer.

Eso conllevo a que Ai, se fuera sin elegir alguno, al día siguiente Hastur noto la indecisión de Ai, así que pidió que un diseñador viniera para hacer el vestido que Ai quisiera.

Las semanas pasaban y todo iba con tranquilidad, pero durante todo ese tiempo Hastur mandó a sus seguidores a buscar al causante del incendio, aunque el ya tenía una ligera idea de quien había sido, siempre lo supo, aquel sujeto no se había rendido aún, parecía que su único objetivo era acabar con Ai de una forma u otra, ya que no era la primera que algo así pasaba, la diferencia era que ese día no había estado con ella para evitar tal suceso.

Sin embargo, no iba a permitir que las cosas quedarán así, es por ello que había enviado a su mejor asesino y cazador, su propio hijo, sabía a la perfección que Ithaqua ya había matado a tantas personas que era imposible tener un conteo exacto de sus víctimas, por ello lo había enviado a él, sin embargo la presa no se dejaba mirar con tanta facilidad, todo se había convertido en un juego del gato y el ratón, pero aquel joven no estaba dispuesto a perder.

Por ello cuando volvía a casa se aplicaba con sus deberes, y sobre todo en la noche a buscar a su presa, no fue tan difícil, pero hubo algo que lo sorprendió, y fue el cierto parecido que aquel hombre tenía con su hermano mayor, titubeo al verlo, no se atrevía a matarlo, porque veía en él la viva imagen de su hermano, creyó haberse equivocado incluso, con dudas volvió a casa.

Al día siguiente Ithaqua habló a solas con su padre, este no tubo más remedio que contar la verdad, él no era el padre de Aqua ni de Ruby, ya teniendo algo más de información, es que Ithaqua ya no dudaría cuando lo tuviera de nuevo al alcance de su mano, sin embargo tendría cuidado con lo que ahora sabía, porque, algo a nada sus hermanos desconocían dicha información, y el no quería que supieran la verdad, al menos no por él.

Con el paso de los días, Ithaqua siguió a su presa, solo buscando el momento perfecto, eso es lo que el quería una situación idónea, hasta que pasado casi dos meses desde el incidente dicha situación se dio, Hikaru salía de un bar en plena madrugada, ni tan siquiera iba tomado, iba cubierto de con una capucha, como si buscará que nadie lo reconociera.

El solo se dedico a seguirlo, hasta que llegaron a un callejón sin salida, este tipo se bajo la capucha mostrando su rostro y mirando hacia la neblina que se había formado, desde hace rato sentía que algo o alguien lo seguía, pero por más que volteaba no veía nada, sintió por un momento que se había vuelto paranoico, hasta que vio que de la neblina una figura distorsionada salía, lo que sea que fuera supo que no era humano.

Un canto celestial lo atrajo, como una polilla a la luz, lo que sus ojos veían era una estrella, algo que nunca creyó ver en su vida, no sabía si era aquel canto de sirena lo que le hacía ir sin dudar hacia aquel ser o si el mismo era el que quería acercarse, aunque desconocía aquello, se acercó tanto como para poder poner una de sus manos en la máscara que cubria aquel rostro que el creyó que sería angelical, sin embargo sintió un frío inimaginable, nieve caía como gotas de rocío.

Está se mancho de rojo, aquel líquido caliente que salía de su cuerpo adornaban la nieve acumulada en sus pies, este sonrió sin dejar de admirar lo que el consideró como bello en ese momento.

—Eres tan brillante... Me hubiera gustado ser yo quien extinguirá tu luz.

✩⃟G᥆tᥲ᥉ dᥱ fᥱᥣιᥴιdᥲd┆┆o᥉hι n᥆ k᥆♬♪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora