33

106 16 44
                                    

Epílogo

Joaquín solto una pequeña risita, al sentir los suaves besos sobre su espalda, mientras las manos de su esposo bajan directo a su cintura y quizá un poco mas abajo.

— Quiero dormir —susurró el castaño enterrando su cabeza en la almohada para intentar dormir algo más, ahora que puede.

— No seas asi cariño —murmuró Emilio contra el oído de su esposo, para después continuar con los besos en la espalda de este.

— Ya lo hicimos anoche no seas tan caliente —comentó Joaquín.

— De acuerdo —aceptó el rizado, dejando de besar la espalda de su novio para simplemente seguirlo abrazando, al menos lo intentó.

La pareja estaba por quedarse dormida de nuevo hasta que escucho un fuerte estruendo de algo caerse en la planta baja, de inmediato se levantaron, se colocaron algo de ropa lo mas rápido posible, para bajar y ver que ocurría.

Bajaron las escaleras, en la sala de estar ni el comedor vieron algo, aunque en la cocina no fue lo mismo, ya que encontraron a dos pequeños llenos de harina y con todas las ollas en el piso, mientras sonreían tiernamente.

— ¿Qué estan haciendo? —intrigó Joaquín agachandose para sacudir un poco la harina de los pequeños.

— Intentabamos prepararles hot-cakes, asi como los que nos hace mi papá Emilio —susurró Natalia, la pequeña de cuatro años.

— Yo pense que como ya soy un niño grande íbamos a poder—murmuró Mateo haciendo un pequeño puchero —¿Están enojados con nosotros? —intrigó.

La pareja se miro por unos momentos antes de negar, realmente no podían regañarlos solo por intentar hacerles un desayuno.

— Anda vamos a cambiarlos en lo que su papá Emilio hace los hot cakes —dijo Joaquín tomando de la mano a los dos niños.

Emilio comenzó a limpiar la cocina para ahora si comenzar a preparar los hot cakes.

Estos últimos años han sido totalmente increíbles, llevan poco mas de siete años de casados, casi enseguida de que festejaron su segundo aniversario decidieron que era momento de comenzar el trámite para adoptar.

A pesar de que muchas veces es muy largo y tardado no fue su caso, ya que en tan solo unos meses tenían al pequeño Mateo de dos años en su hogar. Al principio fue algo difícil, tanto organizarse y que el pequeño se acostumbrara a ellos.

Mas de un año después y tras adaptarse por completo a Mateo y este a ellos, decidieron iniciar el trámite de nuevo, solo que ests cez se llevaron la sorpresa de que serian padres de una recién nacida, ahí llego Natalia.

Si fue complicado con Mateo, lo fue aun mas con Natalia, ya que debieron aprender a ser padres de una bebé recién nacida, aun asi lograron acomodsr sus horarios para que siempre hubiera alguien en la casa con ellos.

Como los pequeños iban creciendo concideraron en adoptar a otro pequeño, sin embargo decidieron que con dos era suficiente. Además ahora que los dos niños van a la escuela Emilio puede regresar a sus turnos habituales en la estación y eso le agradaba demasiado, aunque siempre después de un turno siempre ansiaba llegar a casa.

Para cuando Joaquín bajo con los dos pequeños ya perfectamente cambiados y sin rastros de harina, los hot cakes ya estaban listos.

La familia simplemente se sentó a desayunar juntos como cada domingo desde hace algun tiempo.

— Papi Joa, ¿podemos ir al patio a jugar en los columpios? —murmuró la pequeña.

— Acabas de comer, mejor hay que esperar un poco ¿te parece que mientras esperamos, jugamos a otra cosa? —murmuró el castaño con una suave sonrisa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 28, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Llamado Hacía El Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora