🍓┊Capítulo 02

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Son las diez de la noche cuando
el alfa sale de la regadera con una
toalla atada a su cintura. Su cuerpo
ha dejado de oler a lavanda y ahora
ha adquirido su distintivo aroma a
whiskey. Fuerte y amargo.

Revisa su celular y se da cuenta que
tiene varios mensajes de la omega
a la que fue a visitar. Ella dice que lo
disfrutó y quiere volver a repetirlo.
Bla bla bla. Jimin responde por
cortesía, tal vez podrían quedar un
día de estos.

Se viste, toma una de las camisetas
negras que le fascinan y unos
pantalones sueltos de color gris.

Estira su cuello y se recuesta
en la cama, trata de disipar sus
pensamientos. Pero es inevitable el
hecho de que gira su cabeza y mira
fijamente la puerta, queriendo que
un omega pelirrojo y pequeño cruce la
habitación y llegue hasta él.

Se quedó observando, como si
quisiera tener el super poder de
ver a través de los objetos y poder
disfrutar una vez más del rostro
bonito y delicado de Jungkook.

Y Jimin no puede hacer nada para
calmar ese deseo interno de querer
tener al omega solo para él.

Recuerda la primera vez que
lo vio, tan pequeño, tierno y
maravillosamente tímido. Con
aquel sonrojo en sus mejillas y
sus ojos bambi completamente
abiertos.

Jimin se hizo mejor amigo de Namjoon
después de que se conocieran en la
cafetería de la universidad, el alfa
de cabello corto y castaño resultó
ser bastante amigable. Namjoon y él se
llevaron genial desde el primer día
que hablaron.

Y pocos días después, el otro alfa lo
invitó a su casa cuando ambos se
habían quedado tan inmersos en
su charla, que no notaron cuando
llegaron a la casa de Namjoon, el alfa
de ojos color café lo invitó a pasar.

Se llevó una sorpresa cuando supo
que tenía un hermano menor. Namjoon
lo había nombrado alguna vez. Su
nombre era Jungkook, y Jimin creía que
era un alfa igual que él.

Pero su sorpresa creció cuando
se dio cuenta que estaba frente a
un omega que olia maravilloso, a
frutos rojos. El quiso impregnarse
por completo de su aroma, pero
sabía que eso era inapropiado
y tuvo que apretar los puños,
buscando tranquilizar a su lobo.

Jimin recuerda cómo sintió a
su alta aullar y removerse en su
interior, queriendo salir y tomar ese
pequeño cuerpo entre sus brazos.

No admitiría que se sintió
fascinado por aquel omega desde
el primer día que se conocieron.
Especialmente porque Jungkook era
menor que él, tal vez no era una
gran diferencia, pero, de todos
modos, creía que Jungkook aún era
muy pequeño como para liarse
con un alfa mayor. Así que trató de
tomar su distancia, aún cuando
su alfa martillaba en su pecho,
rogándole por tocarlo alguna vez.

Siguió viéndolo, varias veces a la
semana, cuando visitaba a Namjoon
para tomar algunas cervezas o
simplemente porque se hicieron
amigos rápidamente. No quería
incomodar a Jungkook, así que
apartaba su mirada cuando el
omega pasaba frente a ellos y lo
trataba con tanta formalidad, que
parecía impropio de él.

El tiempo pasó tan rápido
que apenas pareció notarlo.
Jungkook crecía cada día más, su
cuerpo cambiaba, sus intereses
cambiaban, todo de él cambiaba.

Cuando el omega cumplió dieciséis,
deseó poder tomarlo entre sus
brazos y llevárselo lejos para
festejarle como se merecía. Jimin
deseaba mucho enterrar la nariz en
su cuello, pasar las manos por sus
cabellos rebeldes y marcarlo con su
aroma. Jimin deseaba mucho tener
a Jungkook solo para él.

Sabía que eso no era posible. El
ni siquiera gustaba del alfa. Jimin
lo sabía, porque Jungkook parecía
querer huir siempre que intentaba
entablar una conversación con él. Y
el rubio se preguntaba todas las
noches por qué Jungkook odiaba estar
cerca suyo.

taste like strawberries 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora