Deadpool es un anti-heroe algo rudo, bueno debe serlo es un mercenario, el cual busca un lugar en el mundo, una familia tal vez.
Mientras que el tierno spiderman solo es el héroe del vecindario.
Comparten un secreto en común, su identidad. Pero que...
Lio se la pasaba bien columpiandose por la ciudad, ayudando una que otra vez a su vecindario. Le gustaba pasar su tiempo haciendo eso.
Uff, creo que ya va siendo hora de regresar a casa — sonrio Lio —
El arácnido había detenido a un asaltante en el puesto de frutas y verduras del señor Mario.
Ahí quédate y recuerda robar no es bueno — señaló Lio–
El hombre que colgaba de cabeza sujetado de la telaraña sólo asintió.
Gracias hombre araña, llévate esto — sonrió Don Mario entregándole un kilo de mangos al arácnido —
Gracias, su buen vecino se va — sonrio Lio sujetándose de un edificio para comenzar a columpiarse —
Lio se columpiaba con libertad por toda la libertad, sentía paz, tranquilidad y completa felicidad por hacer aunque sea un poco de bien a la ciudad.
El arácnido continuo columpiandose hasta que su punzada se activo justo por uno de los callejones por donde pasaba.
Por lo que decidió parar y bajar a ver al oscuro callejón.
No fue si no hasta que el arácnido se acercó a los contenedores de basura cuando pudo oir los llantos de alguien provenientes de adentro de la basura.
Lio se asusto por lo que rápidamente destapó los contenedores.
Encontrándose con un pequeño bebé recién nacido dentro de una caja de zapatos envuelto con una sabana, el cual no parara de llorar hasta que Lionel lo saco tomándolo entre sus brazos.
Oww bebé, Shh todo esta bien — dijo Lio arrullando a este entre sus brazos —
Como si de magia se tratara el bebé paro de llorar ante el cariño del chico.
No puedo dejarte aquí — sonrio Lio mirando el rostro del bebé pasando su mano delicadamente por la suave piel del pequeño —
¿Te pinta piola tener un papá inmortal y un papá araña? — pregunto Lio con una sonrisa —
El bebé tan solo movio sus manitas pues no podía hacer más.
Eso es un si para mi, vamonos — Sonrio Lio, cubriendo bien al recien nacido para sostenerlo con fuerza en su pecho —
Espera no puedo llevarte volando, eres un bebé — dijo Lio antes de lanzar su telaraña —
Tendré que caminar y por ahí debo comprarle algo para que comas ¿Cuanto costará una leche nido? — dijo Lio —
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Guillermo no podía con el miedo de que algo le hubiera pasado a su Lio.
Ya era algo tarde para que este siguiera en la calle.
Ay mi amor a donde te metiste — dijo Guillermo — Ay y con lo peleonero que eres — se dijo este asustado —
Hasta que la puerta comenzó a sonar y abrirse Guillermo suspiro aliviado.